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La oficina de asilo cumple un año con más de 5.000 peticiones de protección

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La oficina de protección internacional de Melilla cumplió la semana pasada su primer año de vida dando la razón a quienes llevaban mucho tiempo reclamando una infraestructura así en la frontera sur de Europa que representan las dos ciudades autónomas en África. A falta de que el Ministerio del Interior facilite los datos oficiales, la cifra de peticiones de asilo supera con creces las 5.000. Podría incluso rondar las 5.500, según ha podido comprobar MELILLA HOY gracias a los datos con los que cuenta la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Sumando las solicitudes registradas en territorio, la cifra se eleva a cerca de 5.900 en el conjunto de Melilla desde la apertura de esta oficina el 17 de marzo de 2015. Un año después, el ritmo de llegada de refugiados hasta nuestra ciudad se ha ralentizado, como evidencian las estadísticas de peticiones y la ocupación del CETI, tres veces menor de lo que era habitual hace unos meses.

Los datos de los últimos tres años hablan por sí solos sobre la enorme importancia que ha tenido la apertura de la oficina de asilo del paso de Beni-Enzar para tratar de gestionar la crisis de los refugiados en nuestra frontera. Antes de que ésta se inaugurara el 17 de marzo, con la visita del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la responsable de ACNUR en España, Francesca Friz-Prguda, en Melilla se habían registrado unas 820 peticiones de asilo en esos dos meses y medio de 2015. El año terminaría rondando las 6.400, de las cuales unas 375 fueron en territorio, según ha informado a MELILLA HOY la portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega.
En lo que llevamos de 2016, ACNUR cifra en unas 300 el número de solicitudes que se han presentado en Melilla en todo el territorio, a falta de conocer los datos oficiales. De ahí que una sencilla operación haga intuir que por la oficina del paso fronterizo de Beni-Enzar hayan pasado desde su apertura cerca de 5.500 personas pidiendo protección internacional en España.
En la oficina de Ceuta, inaugurada solo un día antes que la de Melilla, no se ha registrado ninguna petición, aunque ACNUR cree que lo importante es que esté la oficina, “haya o no solicitudes”, para que cualquiera que tenga derecho a pedir asilo pueda hacerlo.
Volviendo a la oficina de asilo de Melilla, la cifra de 5.500 peticiones que lleva tramitadas es especialmente llamativa si se compara con lo sucedido en los dos años anteriores. En 2013, solo hubo 41 peticiones de asilo en Melilla. En 2014, la cifra se elevó a unas 540, de las cuales unas 140 fueron en territorio y 400 en el paso fronterizo, antes de que se abriera la oficina.
Con estos números, la oficina de asilo de la frontera de Beni-Enzar se ha convertido en el centro donde más peticiones se presentan en toda España, más incluso que otros puntos como los aeropuertos de Barajas o el Prat, en Madrid y Barcelona. Según ACNUR, el 80% de las peticiones de asilo en frontera que se formularon en todo el territorio español en 2015 se produjeron en Melilla. Y de ellas, cerca de la mitad son de niños. El 40%, concretamente, frente al 20% de mujeres y el 40% de adultos varones.

“Una ruta familiar”
Melilla es, por lo tanto, “una ruta familiar” para los refugiados, que ven más seguro llegar a Europa por nuestra ciudad, aunque el camino sea más largo, porque de esa manera logran evitar cruzar el mar en peligrosas embarcaciones en las que han muerto cientos de refugiados.
Muchas de las peticiones de asilo que se han registrado en Melilla son de personas de nacionalidad siria. En concreto, alrededor de 5.700 en 2015, según los datos de ACNUR, que cuantifica en unas 7.000 las entradas de personas procedentes de Siria en Melilla a lo largo del año pasado.
En cambio, el paso del tiempo y las estadísticas reflejan lo que han denunciado en numerosas ocasiones diferentes ONG, entidades y partidos políticos: la oficina de asilo es prácticamente inalcanzable para los inmigrantes de origen subsahariano. Interior siempre ha defendido que este colectivo tiene un perfil de inmigración económica, y lo justifica asegurando que aun pudiendo pedir asilo en territorio tras haber entrado de manera irregular, muy pocos son los que terminan ejerciendo ese derecho.
ACNUR reclama en este sentido que haya acceso para todo el mundo a la oficina de asilo, “sea de la nacionalidad que sea, de donde proceda o la persecución que haya sufrido”, pues recuerda que en el África subsahariana hay países en conflicto y que el derecho al asilo se puede ejercer no solo por la huida de la guerra.

“Un paso positivo”
Al margen de esta cuestión, para ACNUR la oficina de asilo del paso de Beni-Enzar ha sido “un paso positivo”, empezando porque “era algo necesario porque se debería poder pedir protección internacional en esa frontera, como en cualquier otra, hubiera o no oficina”.
También por “la actitud” de quienes trabajan allí, fundamentalmente policías nacionales que están “motivados y demostrando mucha profesionalidad”, aun cuando la crisis de los refugiados ha supuesto un cambio notable en la gestión de la inmigración en Melilla, habida cuenta que la que se estaba dando hasta finales de 2013 era fundamentalmente de índole económica.
Según María Jesús Vega, existe “muy buena disposición” por mejorar la calidad de las entrevistas y mejorar la formación de quienes trabajan allí. También destaca el “trabajo importante” del Colegio de Abogados para reforzar el acompañamiento de los solicitantes de asilo. Lo que sí hubiera gustado a ACNUR es que se le hubiera concedido la petición de tener “alguna presencia” en la oficina por el “incremento exponencial” de solicitudes y el perfil de las personas que estaban llegando.

Más confianza en el sistema de asilo con la oficina

Uno de los aspectos positivos de la oficina de protección internacional de la frontera de Beni-Enzar es que ha ayudado a dar confianza en el sistema de asilo a quienes llegan huyendo de la situación que viven en sus países. No en vano, de las 9.000 entradas de personas migrantes que se produjeron en Melilla el año pasado, cerca de 6.400 se tradujeron en una petición de asilo en España. Los años anteriores, la cifra era meramente anecdótica, debido fundamentalmente a que quienes querían pedir protección internacional preferían hacerlo en otros países europeos. Y aquellos que tenían pensado acogerse a este derecho en España, optaban por hacerlo ya en la Península, pensando que si lo hacían en Melilla tardarían más en salir.

ACNUR pide criterios claros de traslado

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) destaca la agilización de los traslados. “Ha habido, sin duda, una mejora en los plazos y tiempos de traslado, ahora es más rápido”, apunta la portavoz de la Agencia de la ONU. Sin embargo, insiste en otra petición de la entidad: es necesario que haya “criterios claros de traslado, que se evite que pueda haber eventualmente una arbitrariedad, sea transparente y se sepan cuándo serán los traslados, los plazos y los motivos”. De esta manera, se podrá evitar la rumorología y la incertidumbre entre los refugiados, que ha dado lugar a varias concentraciones en los últimos meses.
Este mejor ritmo en los traslados, unido a la ralentización de la llegada de refugiados a Melilla, ha dado lugar a un CETI con apenas 500 residentes, frente a la media de 1.500 que había en 2015. Esto permite trabajar de manera individualizada con quienes allí están acogidos y poder identificar sus necesidades y a los grupos vulnerables. No obstante, a ACNUR le gustaría que se pudieran cumplir las normativas europeas en materia de acogida y que pudiera convertirse en un centro de registro y de paso en el que los migrantes tuvieran que estar “el menor tiempo posible”.

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Redacción

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