Si se cumplen las previsiones, este Viernes Santo tres hermandades melillenses realizarán estación de penitencia con cinco pasos. El primero en salir será a las nueve menos cuarto de la noche la Piedad desde el patio del Palacio de la Asamblea, para continuar una hora después con el Cristo del Socorro, el Santo Entierro y María Santísima de los Dolores desde la Plaza de Toros, mientras que será a las once de la noche la Virgen de la Soledad, desde el Sagrado Corazón, la última en incorporarse. El programa oficial de Semana Santa prevé que hoy, Viernes Santo, a las nueve menos cuarto de la noche, salga a la calle el trono de María Santísima de la Piedad de la Cofradía del Humillado, obra de los maestros imagineros José María Jiménez Guerrero y Diego Fernández Rodríguez. La virgen no saldrá del interior de la Parroquia Castrense, cerrada el culto hasta que se solucionen los desperfectos que padece tras el terremoto del 25 de enero, sino que la salida se hará desde la carpa instalada en el patio interno del Palacio de la Asamblea, tal como ocurría hasta hace 20 años.
Acompañará a la Virgen el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que desde 2014, con ocasión del XXV aniversario de la cofradía, pasó a incorporarse a la salida procesional del Viernes Santo. Es una talla de madera policromada que data de mediados del siglo XX. Estuvo en la capilla del Regimiento de Regulares y cuando el Regimiento se trasladó a la base de Teniente Flomesta, la imagen se reubicó en la Castrense. Suele procesionarse a hombros de veteranos del ejército y cofrades.
Santo Entierro
Desde la Plaza de Toros y a las diez menos cuarto de la noche, se ha previsto que salgan a la calle el Cristo del Socorro, el emotivo Santo Entierro y María Santísima de los Dolores en su Soledad, todas estas tallas son parte del rico patrimonio de la Cofradía del Nazareno de Melilla la Vieja. Se trata de la procesión oficial, que cuenta con la participación del presidente de la Ciudad Autónoma. Desde la Cofradía del Nazareno se invita a los melillenses a sumarse como portadores del trono del Santo Entierro, que por su envergadura y diseño, precisa de un importante número de hombres y mujeres de trono.
El Cristo del Socorro fue tallado en el siglo XIX por un oficial de la guarnición de Melilla sobre un tronco de leña destinado a los hornos de pan de la plaza y entró a sustituir al Cristo de la Vera Cruz en las procesiones. Fue adquirido por la Cofradía en 1819. El Santísimo Cristo Yacente ("Santo Entierro") fue tallado por Benito Sánchez Barbero en 1943, de la Escuela Granadina. El sepulcro está tallado en caoba, palo santo, marfil y plata. En esta salida procesional, acompañan al trono las primeras autoridades civiles y militares de la ciudad. María Santísima de los Dolores en su Soledad, es obra anónima del siglo XVIII. Hasta el siglo XIX fue conocida por la advocación de Nuestra Señora de la Soledad. La virgen viste su saya primitiva, que fue restaurada por las monjas dominicas de Alcalá la Real (Jaén). Acompaña hoy a los tronos de la cofradía más antigua de la ciudad, tanto la Policía Nacional como el Cuerpo de Bomberos, porque fueron los que rescataron los tronos de la cofradía del incendio que se desató en los años 90 en los almacenes de la antigua Junta de Obras del Puerto.
Soledad
El hermano mayor de la Cofradía de la Soledad, Manuel Jiménez, afirmó que los costaleros se encuentran expectantes e ilusionados hasta que a las once de la noche de este Viernes Santo la Señora de Melilla pueda iniciar su estación de penitencia. La virgen será portada en un trono que precisa de unos 45 portadores, por lo que resulta complicado atender las demandas de todos los que quieren sumarse.
A lo largo del recorrido permanecerán a oscuras todas las calles a su paso, para acompañar en su luto a la Madre de Dios. La imagen fue tallada a mediados del siglo XX por el imaginero murciano Nogueras Valverde. El silencio es la nota característica durante todo el recorrido de La Soledad. No lleva presidencias ni música, solo un tambor.
Uno de los momentos más emotivos, amén de su caminar por la Avenida de Juan Carlos I, será su entrada por el callejón que lleva su nombre, siempre cubierto con un tapiz de colores. De hecho los jóvenes de la Cofradía se afanan a lo largo de esta mañana en elaborar el dibujo de esta original alfombra, con serrín teñido, buscando cada año ofrecer el diseño más bello. Cuando el trono llegue al callejón, se dará lectura a la carta de los jóvenes de la Cofradía, responsabilidad que en esta ocasión desarrollará el cofrade Fernando Pérez Martínez.
Además este año será Miguel Calderón Gallardo, un destacado cofrade, el encargado de conducir el desagravio a la Señora de Melilla.
