A la caida de la noche de este Sábado de Gloria, las parroquias de la ciudad, según su horario habitual, celebrarán la vigilia pascual que culmina con la misa de Resurrección.
La costumbre es encender a la puerta del templo una pequeña hoguera con la que, tras ser bendecida, encender el Cirio Pascual, la vela que simboliza a Cristo Resucitado y con la que se encenderán el resto de velas con las que se inicia el camino hacia el interior del templo donde se celebrará la Vigilia Pascual.
Una vez el cirio llega al altar, se entona el Pregón pascual en el que proclamar la gloria de la resurrección de Cristo. Después, a lo largo de la noche, se suceden hasta siete lecturas del antiguo testamento alusivos al plan salvador de Dios, (incluyendo textos y pasajes del Géneris, el Éxodo, Isaías y Ezequiel) enriquecidos con salmos como "Señor, envía tu Espíritu y renueva toda la tierra". Tras las lecturas se entona el Gloria, acompañado por un repique de las campanas, para seguir con la lectura de la carta del apóstol San Pablo a los romanos. Tras la homilía, tiene lugar la Liturgia Bautismal, en la que se bendice el agua de la pila bautismal y los presentes renuevan sus promesas bautismales, tomando de nuevo la luz del cirio pascual. La jornada se cierra con el oficio de una Eucaristía.
