– Vamos a ver ¿Si viene Vd. a examinar para presidente?…¿No?
– Si
– ¿Y sabe Vd. Lo que es un presidente?
– Claro. Un presidente es, el que preside
– Bien ¿Y que preside un presidente?
– Pues un presidente preside la presidencia.
– ¡Correcto!…Y me puede decir que es la presidencia.
– La presidencia es lo que preside el presidente.
– ¡Muy bien ¡ con Vd da gusto examinar.
¡Si señor! Dígame donde ha cursado sus estudios, ¿En Jaguar o en Kambrige?..Porque es usted un lince.
– No. Yo he seguido los consejos de mi abuela Remedios.
– ¿De su abuela Remedios?
– Si señor. Ella me enseñó una copla que dice: «entre mi maestro y yo, hago un monumento. Si sale bien lo hice yo, y si sale mal, mi maestro».
Y me aconsejó, que fuera presidente.
– Presidente…¿por qué ?
– Porque todo lo que se hace bien, lo hace él, y si sale mal. Lo hacen otros.
– ¡ahh! Veo que viene Vd pero que muy bien preparado para el puesto de presidente. Y me puede Vd decir ¿para qué quiere Vd. Ser presidente?
– Hombre…pues para complacer a mi mujeres.
– ¿Complacer a su mujer?…Ahh, ella quiere ser presidenta…Lógico.
– No es solo eso…
– ¿No?…¿entonces?…
– Porque ella dice, que ya es hora también que tengamos nosotros un chalet en condiciones y un jamón colgado en la cocina.
-¡Ahh! ¡Pues lleva razón! Así que pase una mañana de 9 a 1, y le entregaremos el traje y la corbata, y el título de presidente. No hay más que hablar.
– ¿Y que tengo yo que presidir?
– Por eso no se preocupe. Eso ya se lo dirán.
– ¿Me lo dirán? ¿Quién me lo dirá?
– ¿Quién se lo va a decir ¿ Pues los que presiden al presidente. Así que tranquilo, Vd a su chalet y a sus jamones…Que todo marcha. Tranquilo.
Buenos días y buenas notas
