El vicepresidente primero de la Ciudad Autónoma, Manuel Ángel Quevedo, consideró ayer que las críticas de Coalición por Melilla (CPM) respecto al hecho de que la Vicepresidencia sea ostentada por una persona no electa no se deben a un supuesto interés por la legalidad, ya que a los cepemistas “no les importa para nada”, y le atacan porque “ahora toca”. “Me toca porque me toca. Han decidido que es el momento de atacar al vicepresidente primero y seguramente no encuentran otro sitio donde atacarme”, alegó Quevedo a preguntas de los periodistas, a los que insistió en que su nombramiento como vicepresidente del Gobierno melillense pese a no ser diputado es “absolutamente legal”.
Aseguró que lo sustenta un informe jurídico del secretario general de la Asamblea, versión que también comparten el director del departamento de desarrollo autonómico, abogados y juristas, que evidencian “sin duda” que se puede ser vicepresidente de la Ciudad Autónoma sin ser diputado electo.
También insistió en que a lo largo de la historia se han dado casos similares al suyo, y señaló precisamente a la etapa de CPM al frente del Gobierno, en la que había cuatro consejeros no electos y el vicepresidente segundo era Fernando Meliveo, que “ni era diputado ni había ido en ninguna lista ni era afiliado de ningún partido”.
En su caso, recordó que concurrió a las elecciones autonómicas del año pasado en la lista del PP, y aunque no obtuvo escaño, considera que al ser “la lista que votaron mayoritariamente los melillenses”, es como si le hubieran votado a él también pese a no llegar a la Asamblea “por una razón de posición”.
En cualquier caso, opinó que la forma de proceder de CPM “es absurda” y lamentó que con su postura dé muestras de que quiere que Melilla tenga menos autogobierno y menos competencias, ya que la sentencia del Tribunal Supremo a la que se aferran los cepemistas se refiere a los ayuntamientos y Melilla no es un ente local.
CPM: “¿Para qué vamos a elecciones entonces?”
CPM también alimentó ayer este cruce de declaraciones con Quevedo al insistir en su teoría de que si el vicepresidente puede ser una persona no electa, entonces qué sentido tiene que los ciudadanos acudan a votar cada cuatro años si quien sustituiría al presidente en caso de que hubiera algún problema es una persona que no ha pasado por las urnas.
