Para pensar y actuar, pero también para no ser serviles al que manda y aplaudirles sin descanso. A la prensa no la puedo entender de otra manera, es crítica para mejorar esta sociedad y señalar abusos y al corrupto de turno, que ya van siendo tantos que no nos van quedando dedos de las dos manos. Cuando la prensa deja de ser libre y se torna amarilla es que por las calles va la Stasi montada en un coche negro y levantando a su paso muros o haciendo llamadas o visitas a los que no se someten para enviarlos al ostracismo. Si esto es lo que desean algunos de hacer con España, yo me bajo en la próxima. Y dígame querido lector donde podríamos ir o que podríamos hacer, porque a buen seguro que si usted me sigue pensará igual. La libertad no es un lienzo o una canción o un discurso incendiario, se ejerce a diario en tu trabajo o en tu vida, siempre al respetar opiniones y el espacio de otros sin permitir que el tuyo lo infrinjan. Algo está pasando en este mundo cuando debemos escribir estas líneas, será que los telediarios o lo que vamos conociendo nos hacen que salten las alarmas. Los que apoyan pan y circo y a eso lo quieren llamar cultura, poca tiene de esta, eso es otra cosa. Por cierto que la cultura no tiene color y estos no se deben meter en aquella. Tampoco lo tiene la Universidad, la cual parece que es solo lugar de tunas, en lugar de ser de enseñanza, investigación y creación. Una nación que potencia su Universidad para que de allí salgan los mejores y alcancen sus sueños o que sean estos los que nos gobiernen, da a entender del buen estado en que se encuentra ese país.La fuga de cerebros debe hacer reflexionar a los dirigentes que algo falla tanto como los mileuristas que siguen en aumento mientras observamos como otros, por azar, engordan con ceros sus cuentas bancarias a pesar de no aportar ni un título pero sí en cambio el sometimiento servil a golpe de carnet de partido. Pablo Iglesias vuelve a desnudar sus sentimientos pero se equivocó de lugar. Eligió la Universidad en lugar de hacerlo en un patio maravilloso y okupa. Hace meses nos deleito con que la existencia de medios privados de prensa ataca la libertad de expresión y ahora arremetiendo contra el periodista del diario "El Mundo", Álvaro Carvajal, al decir que amaña sus informaciones para dañar a Podemos y ganar puntos delante de sus jefes. Su ideología le vuelve a jugar una mala pasada al no caer en la cuenta que la prensa en una sociedad como la nuestra no admite cortes ni de luz ni de víveres, ni mordaza de los del chándal cuestionando el derecho a la libertad de expresión que en su soñado paraíso claro que no existe. Su ego le está llevando a un abismo a pesar de reconocerle carisma, pero este se derrumba cuando el radicalismo aflora lleno de rencor y de palabras agradecidas ante un condenado por pertenencia a organización terrorista, al que vuelve a ponerle el calificativo de hombre de paz. Y esta, conseguida no sin esfuerzo no nos la pueden hurtar.
