El futuro de la eliminación de los residuos sólidos de nuestra ciudad ya se había definido en estas fechas. Los servicios técnicos municipales, después de evaluar los costes que supondría la adecuación de la instalación actual a las normativas medioambientales comunitarios, habían decidido que lo más rentable era construir una planta incineradora, cuyo coste se había fijado en 1.500 millones de las antiguas pesetas. El inspector de Policía Ramón Antón era nombrado nuevo jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Policía. Con 21 años en el cuerpo por aquellas fechas y destinos como el del País Vasco, le hicieron acreedor del cargo al ser elegido entre otros 28 funcionarios.
