La carta de hoy la escriben dos soldados de Infantería, que han "adoptado" a un niño, que fue grumete en el chambequín, "Andaluz", de la Plaza, y dice así: "Queridos melillenses: Me llamo Vicente Falomir Chiva, y soy soldado del Rgto. Infantería de Melilla nº 59. Hace 21 años que nací en Borriol, un pueblecito de Castellón de la Plana; y les estoy escribiendo desde el Panteón de Margallo, junto a mi compañero de regimiento: Francisco Fababuig Martínez. Este es jornalero, como yo, pero como dice que escribe muy mal, siempre me hace que yo coja el lápiz. Le he dicho muchas veces que no debe avergonzarse por su ortografía, y caligrafía, ya que en nuestros tiempos, quien sabía leer y escribir, era un privilegiado, y él, al menos lee todo lo que se le pone delante de los ojos. El día 23.07.1909, en el Barranco de Sidi Musa, Paco cayó muerto de varios disparos de los moros. A mí también me hirieron, pero dejé de respirar a las cuatro de la tarde del 9 de agosto, en el Hospital Militar. El parte médico decía, que mi muerte era debida a una infección por herida de guerra. Creo que antes de que se me olvide, les diré que mi compañero nació en Chelva, un pueblo de la provincia de Valencia; más pequeño que el mío, aunque él siempre me porfía que es todo lo contrario. También debo decir, que desde hace más de un siglo, anda correteando por estos patios, un zagal muy despierto que dice llamarse, Calixto Gil. Una señora, llamada María de Mora, vecina de la ciudad antigua, es la que lo cuida, como si fuese hijo suyo. Mi compañero y yo, hemos hablado varias veces con ellos, y según la señora, el niño, con apenas catorce años, lo mataron en las murallas de la ciudad, el 13.03.1775, cuando el famoso Sitio, que el Emperador de Maruecos puso a la ciudad. El xiquet, era el grumete del Chambequín de la Plaza, "Andaluz". La señora dice que ella murió en el acto, el día 7.01.1775, a consecuencia de una bomba, de las que nuestros soldados de aquélla época llamaban, "Rosario de Mahoma", que cayó en su casa, cerca de la Iglesia.
Sintiendo mucho dejarles, con estas humildes líneas, nos despedimos de ustedes, enviándoles un beso muy fuerte, y rogándoles que nos visiten cada vez que vengan a rezarles a sus deudos. Nosotros nos conformamos con una sonrisa, que es bien poco".
Yo creo que nuestros Héroes, ebrios de néctares, y de divino "Nepente", licor que los dioses empleaban para curarse las heridas, nosotros, los que los recordamos en estas "Cartas", lo hacemos como la primavera, cuando extiende por todas partes las brisas suaves de "Favonio". También les digo, que todos ellos, hicieron grande, e inmensa, nuestra Patria. Le proporcionaron un gran río de gestas heroicas; y le dieron un robusto árbol de hondas raíces sublimes, escritas, todas ellas, en las páginas más gloriosas de nuestra Historia; porque, en lo más profundo de sus inmortales almas, todos eran hijos de España, que dieron sus vidas por nuestra ciudad.
Gracias a mi buen amigo, el historiógrafo, José Luís Blasco, que ha tenido la bondad de proporcionarme los datos de los nombres, destinos, y fechas de fallecimientos, de todos los que cayeron en las murallas, durante el Sitio (1774-1775), van apareciendo en estas "Cartas".
Y para tener encendida la llama de mi perenne petición, repito que el Cementerio de La Purísima, debe denominarse: "CEMENTERIO NACIONAL DE HÉROES".
También si desean leer el "Pedimento de la Virgen de la Victoria", solo deben escribir: http://.pedimento.blogspot.com.es/.
