- Buenos días ¿Tiene Vd. Libros ?
- Hombre. Esto es una librería…¿De qué autor quiere?
- No. Lo que ocurre es que acaban de nombrarme secretario del secretario, del viceconsejero del consejero de la Cultura. Y claro…
- Y claro qué…¿Quiere Vd algo de política ?
- No. No es eso. Resulta que me han regalado una biblioteca de esas, como soy ahora importante en la cultura, pues quisiera llenarla.
- ¿Llenarla? ¿Quiere Vd llenar su biblioteca?
- Pues si. Para no desentonar…¿me entiende?
- Hombre, claro. Le entiendo perfectamente. Vd quiere llenar su biblioteca ¿No es eso?
- si señor.
- ¿Y con qué quiere llenarla?
- Ah. Eso lo dejo a su gusto. Vd sabe más que yo de esto. Pero me gustaría que fueran libros gordos, con muchas estampas y portadas de colorines…Bonitos.
- Pero ¿De qué temas?… ¿Historia?…¿Arte?..¿Literatura?…
- Eso es lo mismo. Yo lo que quiero es que sean bonitos y tengan estampas. Muchas estampas. A la gente le gustan las estampas.
- ¿Pero Vd va a alquilar o regalar sus libros?
- ¡Que vá!…Esos libros son para mi casa. En mi biblioteca. Pero como ahora soy secretario de secretario, pues vendrá gente a mi casa a cenar y tomar copas. Y siempre queda bien una biblioteca ¿Me entiende?
- Le entiendo. Vd quiere que su biblioteca dé una imagen de Vd. O sea, que a través de ella Vd dé la imagen de hombre instruido…¿No?
- ¡Eso! ¡Eso!…Que la gente que la vea, ya procuraré yo enseñarla -sepa que sabemos.
- Muy bien. Pues nada, le voy a preparar unos lotes de libros con estampas y letras gordas…
- A colores.
- Si señor. A colores. Le voy a poner también un Quijote…
- ¿Un quiqué? Yo lo que quiero son libros. Ya se lo he dicho.
- Tenga en cuenta que El Quijote está ahora de moda y habla muy bien del que lo tiene en su casa. No en vano es el más editado en el mundo, después de la Biblia.
- Siendo así, póngame cuatro o cinco. Mejor media docena. Y de la "Biblia" esa que Vd habla póngame también unas pocas. Hay que estar al día. Por el precio no se preocupe. Mande Vd la factura a la Contabilidad. Yo se la firmo y…
Buenos días