Me refiero al entrenador y a los jugadores, y consistente, el homenaje, por parte de la afición, asistiendo el mayor número posible al último partido de la temporada en «Álvarez Claro» en el que los hombres de Granero tendrán como adversario al F.C. Cartagena.- Un partido que, según he leído está programado para mañana. Yo fui uno de los que, entre muchos otros seguidores incondicionales de la U.D. Melilla, decía que, viendo la trayectoria que llevaba en el transcurso de la primera vuelta, el equipo iba derecho a la Tercera División.- Por mala dirección técnica principalmente y por el mal rendimiento de algunos jugadores, dejando a un lado, por supuesto, al mal hacer de una junta directiva, con su sr. presidente a la cabeza, que dejaba cómo iba la cosa sin tomar las medidas más necesarias, que no eran, entre otras, el cambio de entrenador que no digo que este no estuviera capacitado, pero las cosas se le «fueron de las manos» y el equipo, como he dicho, se iba al saco de Tercera.
Todo fue la llegada del nuevo técnico, Carlos Granero, y ahí tenemos el resultado: Ha resultado ser la U.D. Melilla el mejor equipo del Grupo, por su trayectoria en la segunda vuelta, y ahí está, con la permanencia asegurada, que era de lo que se trataba, y estoy seguro que si al campeonato le hubieran quedado unas cuantas jornadas más, digamos unas seis, hasta da el alegrón de clasificarse pura competir en la Copa del Rey.
Ha sido una segunda vuelta brillante, toda ella positiva en buenas actuaciones y resultados, por la reacción adoptada por cuantos integran la plantilla y, de forma especial, por quienes han tenido -tienen ya que aún quedan dos jornadas- como máximo responsable, el entrenador Carlos Granero y sus auxiliares, -logrando como más arriba he dicho, la meta que se perseguía, continuar una temporada más en la División de Bronce del fútbol nacional.
Dijo Granero, al término del encuentro jugado en Huelva -nada menos que ante 15.000 espectadores- «que el equipo lo ha estado dando todo, con una segunda vuelta de 10». Y es cierto, y gracias a ello y al excelente trabajo de su técnico, se lograron los frutos que, recordando la primera mitad de la Liga, parece un imposible. Pues, por ese buen hacer, es por lo que yo, desde estas modestas líneas, pido a la afición ese homenaje que entrenador y jugadores se merecen, y que no es otro que, en la próxima jornada, ante el Cartagena, el «Álvarez Claro» registre una presencia de gala de aficionados.
