El entrenador del Torreblanca Melilla C.F. realizó un balance al Diario MELILLA HOY sobre cómo había sido la temporada recién finalizada, cuáles son sus planes para la campaña que viene y todo lo relacionado con el equipo que dirige
¿Cuál es la valoración que hace de la temporada recién finalizada?
Ha sido una temporada muy irregular y en la que, al igual que la pasada campaña, hemos tenido que sufrir mucho para lograr la permanencia.
El hecho de contar con una plantilla muy corta nos ha vuelto a pasar factura. A lo largo de la temporada se han producido lesiones, en algunas casos de larga duración, que nos han hecho, no ya llegar con las jugadoras justas para los partidos, sino no poder contar con efectivos para realizar los entrenamientos en condiciones.
Pese a todo lo expuesto anteriormente hay que valorar positivamente que un equipo tan condicionado como el nuestro estuviera con la salvación conseguida cuando aún faltaban tres jornadas para finalizar la competición.
¿Cuáles son las virtudes de su equipo?
Las jugadoras, en su mayoría, han sabido aceptar el rol que tenían en este equipo y esto ha hecho que trabajaran como equipo y dejándose la piel en el campo. Antes comentaba que mi equipo había fallado en la actitud puesta en un encuentro, algo que no se ha dado en el resto de partidos de la temporada, lo que nos ha permitido ser un equipo competitivo, siempre dentro de nuestras lógicas limitaciones.
Es muy grande el esfuerzo que hacen las chicas a lo largo de toda la temporada para poder asistir a los entrenamientos en horario nocturno y también, como no, para realizar desplazamientos tan largos como los que tenemos. Unas estudian, otras trabajan, sin embargo y salvo casos extremos, siempre están al pie del cañón.
¿Y los fallos?
He comentado que tenemos muchas limitaciones. Se ha mejorado en el aspecto táctico, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer. Más grave es cuando hablamos de técnica, tanto individual como colectiva, siendo este uno de nuestros grandes problemas, si bien las jugadoras ponen de su parte para ir mejorando, pero es un aspecto en el que ya hay que llegar formado para jugar en Segunda División.
En cuanto al reparto de minutos de juego, entiendo que algunas jugadoras no estén de acuerdo con mis criterios. Ellas quieren jugar, mientras más minutos mejor, pero soy yo quien debo decidir quien salta a la pista en cada momento y esto provoca que se produzcan enfados. Yo he estado al otro lado del vestuario, he sido monaguillo antes que fraile, pero tengo claro lo que hay que hacer en cada momento y lo que es lo mejor para el equipo, aunque esto pueda llegar a molestar a mis jugadoras. Hablamos de Segunda División, no de un equipo de amigas que se juntan para jugar, y esto es lo que siempre quiero que comprendan mis jugadoras.
Aunque las comparaciones son odiosas, ¿en que ha cambiado el equipo respecto a la temporada anterior?
Cada temporada es una historia, con unas u otras jugadoras. De todas formas hemos mejorado, tanto a nivel defensivo como ofensivo, y aunque queda mucho por hacer, el hecho de que se termine la temporada con mejores números que la anterior, tanto en los puntos sumados como en los goles marcados y en los encajados, dice mucho de este grupo de jugadoras.
En el aspecto goleador, hemos conseguido marcar ocho goles más que la pasada temporada, mientras que en el plano defensivo hemos conseguido una mejora ostensible, puesto que son dieciocho goles menos los que hemos encajado, algo que nos ha ayudado a sumar también dos puntos más que en la edición anterior.
¿Qué cambiaría, si continúa como técnico del Torreblanca la próxima campaña, con respecto a esta y que considere oportuno que se pueda hacer mejor?
Creo que debemos de ir aprendiendo día a día. Por el momento, aún no sé si el club puede estar interesado en seguir contando con mis servicios, pero si así fuera y alcanzáramos un acuerdo, creo que ya no se puede dejar pasar más tiempo sin formar categorías inferiores, algo que considero que es básico en una ciudad como la nuestra, en la que las limitaciones de jugadoras son tan grandes y que nos obligan a incorporar a jugadoras de fuera, ya que esta es la única manera de poder estar a un nivel mínimo con el que competir para lograr la permanencia.
Hay que estar satisfecho del apoyo que se recibe desde la Ciudad Autónoma, aunque pienso que si se hiciera un esfuerzo algo mayor, se podría conformar un equipo mucho más competitivo y que nos serviría para animar a las chicas jóvenes de nuestra ciudad a jugar al fútbol sala y comenzar a formar la cantera de la que hablaba antes.
¿Se podrían haber sumado algunos punto más?
Es cierto que se podían haber sumado algunos puntos más en las últimas tres jornadas, aunque en realidad tan sólo podríamos haber subido un puesto en la tabla clasificatoria. Ha sido una lástima acabar con tres derrotas, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos dos partidos creamos infinidad de ocasiones de gol, pero así es este deporte y si perdonas terminas pagándolo. Mención aparte merece el partido en el que nos enfrentamos al San Juan Bosco y que para mí ha sido, seguramente, el peor de las dos temporadas que llevamos en la categoría, sobre todo en cuanto a la actitud que tuvimos, en general, sobre la pista, llegando en mi opinión a faltarle al respeto a nuestros incondicionales, que si bien no son muchos, sí que se merecen todo nuestro respeto y ese día le fallamos.
De todas maneras, creo que al final de la temporada cada equipo está donde se merece y debemos de estar satisfechos de nuestra clasificación y de haber alcanzado el objetivo con el que arrancamos en este segundo curso en Segunda División.
Las llegadas de Souza y Fabi, ¿que supusieron para el equipo?
Esta campaña arrancábamos la pretemporada con la baja de Lore, una jugadora que en la campaña anterior fue uno de los pilares del equipo, y la de Naima, que realizaba una gran labor en defensa. Esto nos obligaba a buscar una jugadora que ofreciera, como mínimo, calidad técnica y táctica para cubrir el puesto que quedaba libre. La llegada de Souza no se produjo hasta prácticamente la semana en la que comenzaba la competición, por lo que no hubo tiempo de acoplamiento, se tuvo que hacer todo sobre la marcha y modificando desde un principio su ubicación sobre la cancha, pasando de ser un ala pívot a convertirse prácticamente en un cierre, posición que es la que se nos había quedado huérfana.
Con el paso de las jornadas pudimos comprobar que nos faltaba completar la plantilla con una jugadora que tuviera mucho recorrido y que le diera más libertad de acción en ataque a Souza, lo que se tradujo en la llegada de Fabi, jugadora que no nos ha aportado apenas goles, pero que con su llegada dio un soplo de aire fresco al equipo que podemos decir que fue determinante, ya que en nueve partidos sumamos trece puntos a los solo tres que habíamos logrado en las diez primeras jornadas.
La marcha de Fabi, unida a la sanción de Gema, nos volvió a dejar en cuadro y llegaron dos derrotas consecutivas que nos ponían nuevamente en peligro, algo que motivó que se incorporara al equipo Lucía, una chica que se incorporó al equipo aprovechando sus vacaciones y llegada desde Galicia, con la cual se sumaron los seis puntos que nos permitieron certificar la permanencia.
Está claro que Souza y Fabi nos han hecho dar un salto de calidad, sobre todo a nivel competitivo. Soy de los que puedo decir a boca llena que he podido disfrutar de tener en mi equipo a jugadoras como ellas, siendo el caso de Souza digno de elogio, al tratarse de una jugadora que llegaba desde Primera División con un bagaje deportivo increíble, que desde un primer momento se ha puesto el mono de trabajo y que ha dado muestras de su gran profesionalidad. Pienso que las jugadoras de mi equipo han tenido la gran suerte, al igual que yo, de tener a alguien como Raquel de compañera. Y en el caso de Fabi, solo te puedo decir que, si de mi dependiera, volvería a ficharla en cuanto fuera posible.
¿Sabía a lo que se enfrentaba cuando se hizo cargo de un equipo femenino hace dos temporadas, se han colmado sus expectativas en este tiempo?
Como bien dice, era consciente del trabajo que tenía por delante y de lo difícil que era el reto, sobre todo porque había seguido muy de cerca la trayectoria en la temporada anterior de la Peña Real Madrid. A esto hay que añadir que tras dos campañas en el dique seco, se iba a mirar con lupa mi trabajo.
El problema no es que se tratara de un equipo femenino, sino de que se tenía que trabajar en un proyecto que comenzaba desde lo alto de una pirámide que no tenía base, sin cantera, algo que por el momento sigue siendo el gran debe del fútbol sala femenino en nuestra ciudad.
Tras las dos temporadas que he estado al frente del equipo, puedo afirmar con rotundidad que ha merecido la pena aceptar la oportunidad que me brindó este club para volver a la actividad en los banquillos. Era consciente de la dificultad que entrañaba la empresa y pienso que se ha hecho un buen trabajo entre todos, mejorable sin lugar a dudas pero que ha permitido que el nombre de la ciudad y del deporte femenino melillense sea respetado allá por donde vamos.
¿Algo más que añadir?
Incidiendo en lo que comentaba anteriormente, quiero que nos demos cuenta que año tras año la categoría es más difícil, los equipos que quedan y los que ascienden a ella tienen un gran nivel, por lo que hay que reforzarse para lograr la permanencia. No se puede estar siempre sobre el alambre, porque si jugamos con fuego corremos un gran riesgo.
No quiero terminar sin felicitar a mis jugadoras por el gran esfuerzo realizado, recordarles que tienen que ser autoexigentes y tener cada vez más compromiso, si cabe.
