El decano hizo los deberes ayer, no falló y ya está en la ansiada final de la LEB Oro, tras imponerse al Leyma Básquet Coruña por un resultado de 88-82. El Peñas Huesca será el último obstáculo de los Alejandro Alcoba hacia el ascenso a la Liga Endesa, comenzando esta serie definitiva el próximo viernes, de nuevo, en el Pabellón Javier Imbroda. El Melilla Baloncesto hizo los deberes ayer, no falló y ya está en la ansiada final de la LEB Oro, tras imponerse, en el quinto encuentro de la eliminatoria de semifinales, al Leyma Básquet Coruña por un resultado de 88-82. El Peñas Huesca será el último obstáculo de los melillenses hacia el ascenso a la Liga Endesa, comenzando esta serie definitiva el próximo viernes, de nuevo, en el Pabellón Javier Imbroda.
Un inspirado toda la noche Marcos Suka fue el encargado de inaugurar el electrónico, encontrando rápida contestación por parte de Sergio Olmos. Los melillenses llevaron la iniciativa en el marcador prácticamente a lo largo del primer cuarto, disponiendo los coruñeses de la oportunidad de colocarse por delante en una sola ocasión, con el 9-10 mediado este periodo inicial.
Bien es cierto que resultó un espejismo ya que los locales fueron los que mandaron en el luminoso en todo momento, aunque es verdad que la mayor diferencia de que dispusieron fue de cuatro puntos en varias fases de este periodo, incluido al final del mismo al que se llegó con 24-20. Hay que destacar el gran acierto que mostraron los dos conjuntos desde la línea de 6’75 con seis tiros convertidos, cuatro por parte melillense (Jorge Sanz, Eloy Almazán, Marcos Suka y Asier Zengotitabengoa) y dos convertidos en las filas naranjas (Beka Burjanadze y Ángel Hernández).
En el segundo acto, los gallegos parecieron comenzar mejor, tal y como lo reflejó el parcial que firmaron de 2-10, con ocho puntos de Gediminas Zyle, con lo que los de Tito Díaz se situaron cuatro puntos arriba (26-30), lo que obligó a Alejandro Alcoba a pedir un tiempo muerto, a 6’55”. Este parón le dio sus frutos a los blancos, que, merced a una mayor intensidad defensiva y a una mejor selección de lanzamientos, fueron marchándose paulatinamente en el luminoso hasta gozar de una máxima de doce puntos (46-34), a escasamente 25 segundos del intermedio. Fundamentales, en el aspecto individual, tanto Hernández-Sonseca como Marcos Suka, que fueron los que dispararon al decano en el marcador. En los gallegos sólo Sergio Olmos intentaba mantener a flote a los suyos.
A la vuelta de los vestuarios, el Leyma Básquet Coruña tiró de casta, orgullo y también de la calidad de jugadores importantes como Zach Monaghan, Beka Burjanadze y Gediminas Zyle para volver a meterse en la contienda. Los coruñeses, a base de triples, fueron acercándose en el electrónico hasta colocarse incluso a un punto (57-56), a menos de dos minutos para la conclusión del tercer acto. La réplica de los de Alcoba la ponían los hombres interiores como Hernández-Sonseca, Brandon Edwards y Héctor Manzano. Al término de este cuarto el marcador indicaba un inquietante 63-60, después de lograr el cuadro de Tito Díaz un parcial de 17-26.
En el definitivo cuarto, Marcos Suka fue el artífice de que los melillenses dominaran en el luminoso, incluso con una renta de siete puntos (76-69), a 4’28”. Los coruñeses no arrojaron la toalla y, cuando peor estaba el encuentro para ellos, consiguieron un 0-5 que les colocó a dos puntos (76-74), con Sergio Olmos y Zach Monaghan liderando a su equipo. En los primeros compases de este periodo, además de Suka, Beka Burjanadze, Edu Gatell y Ángel Hernández habían ido anotando para sus respectivos equipos.
Volviendo al momento decisivo, con dos arriba favorable a los blancos, hay que incidir en que los de Alejandro Alcoba dominaron claramente el rebote en las dos zonas, aunque determinante fue el dominio en las capturas ofensivas (17), lo que les permitió disponer de un buen número de segundas opciones en ataque. Brandon Edwards y Edu Gatell se hicieron fuertes en la ‘pintura’, pese a un incansable Sergio Olmos, que con sus puntos posibilitaba a los coruñeses mantenerse cerca en el luminoso. De este modo, de igualado 76-74 se pasaría, en apenas dos minutos y medio, a un tranquilizador 83-76.
Sin embargo, los visitantes no se rindieron y con un 0-4 metieron otra vez el miedo en el cuerpo de los jugadores melillenses, a 53 segundos. Afortunadamente, la defensa local rozó la perfección y los de Tito Díaz no lograron realizar tiros cómodos. Así, únicamente Monaghan, con el partido ya decidido, consiguió anotar. Héctor Manzano, con el reloj a cero, estableció el 88-82 con el que finalizó la contienda, al convertir dos lanzamientos desde la línea de personal.
