Un cabo primero de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, llamado Guillermo, ha sido doblemente denunciado por una supuesta detención ilegal ante el juzgado de guardia. Los autores de las denuncias son una mujer, Nuria Moreno, y su hijo de 24 años, a quien llamaron desde la Comandancia el pasado 18 de abril en el marco de una investigación por supuesta pertenencia a banda organizada y supuesta agresión a menores inmigrantes. Es el suceso del que informó la semana pasada la Guardia Civil, por el que han sido investigados 15 jóvenes melillenses por agresiones, de los cuales uno fue detenido y otros tres quedaron a disposición judicial en calidad de investigados. Nuria Moreno se ha puesto en contacto con MELILLA HOY para dar a conocer su versión, ya que niega que su hijo esté involucrado en esos hechos. Es más, denuncia que el proceder de un grupo de agentes respecto a su hijo no ha sido correcto.
Nuria Moreno ha querido dejar claro en declaraciones a este Periódico que no tiene nada en contra de la Guardia Civil, sino contra los agentes que han actuado así con su hijo “y con quien lo permite”. De hecho, ella tiene una enorme vinculación familiar con el Cuerpo, puesto que es tataranieta, bisnieta, nieta, hija, hermana y esposa de guardias civiles.
Los hechos
Los hechos que han sido denunciados ante el juzgado de guardia se remontan al 18 de abril, cuando a través de familiares, avisaron a primera hora al hijo de Nuria Moreno de que lo estaban buscando desde la Comandancia de la Guardia Civil. El chico, de 24 años y residente en Melilla La Vieja, se presentó allí sobre las 9.30 horas y lo condujeron hasta un cabo primero llamado Guillermo, quien junto a otro guardia le informó de que estaba “imputado en una investigación por supuesta pertenencia a banda organizada y supuesta agresión a menores inmigrantes”.
Según las denuncias presentadas, el joven desmintió su implicación en estos hechos, ya que no estaba en el lugar cuando ocurrió todo, a lo que los guardias respondieron que había testigos que habían dado su nombre y que tenían la certeza de su participación porque había imágenes. Además, le instaron a que se declarara culpable, al tiempo que le reprocharon “de manera despectiva” que su madre era “muy activa en las redes sociales”, extremo que el chico dijo desconocer.
También denuncian que estos agentes pidieron al joven que colaborara en la investigación subiendo al coche patrulla para “identificar varios domicilios” en Melilla La Vieja, y el cabo primero Guillermo le dio incluso el número de teléfono para que le enviara fotografías de dichos domicilios, si bien el chico se negó.
El abogado, 2 horas después
El joven no quiso declarar durante el interrogatorio, y fue después cuando le leyeron sus derechos. Tras dos horas de preguntas, llegó el abogado de oficio, que incluso llegó a decir que le sonaban los apellidos de haber estado anteriormente detenido. Sin embargo, el joven carece de antecedentes, al igual que sus familiares.
Finalmente dejaron marchar al chico, a quien no dieron ningún documento, que la familia reclama para poder saber su situación judicial e iniciar acciones a través del abogado. Para colmo, en el Colegio de Abogados dicen no saber quién puede ser el letrado que asistió al joven en la Comandancia de la Guardia Civil, ya que aquel día había en el turno de oficio una mujer.
