El abogado melillense Ángel Gil y su esposa Carmen Martínez, se declaran víctimas del veto del vicario episcopal que les acusa de hacer "mucho daño a la Iglesia en Melilla" sin dar más argumentos, por lo que les ha impedido formar parte de la nueva candidatura que presenta la Congregación de la Victoria. Este matrimonio, muy conocido por su labor profesional y su vinculación a la Iglesia Católica ha recurrido incluso al obispo, con el que esperan reunirse, no descarta que detrás de todo esto pueda estar el que hasta hace un mes no se dieran el sí quiero por la iglesia y que llevaran diez años casados por lo civil.
- En breve se celebran elecciones para elegir la nueva junta de gobierno de la Congregación de la Victoria y ni usted ni su esposa forman parte de ella. ¿Es cierto que han sido vetados por el vicario?
- Ángel Gil.- Así es. Cuando Mª Piedad Castellano le presenta su lista de Junta de Gobierno, para que el Director Espiritual, como es preceptivo, la refrende, es Roberto Rojo el que manifiesta que no la firmará mientras en ella figuren Carmen Martínez y Ángel Gil.
- Carmen Martínez.- Sí hemos sido vetados y excluidos de esa candidatura sin motivos.
- ¿Qué razones o argumentos esgrime para esta exclusión?
AG.- Roberto Rojo no da ningún motivo alguno. Ya nos hemos reunido con él en dos ocasiones, la primera nada más conocer su veto a nuestra candidatura, en la cual no argumentó su postura, tras lo que le enviamos un burofax para que por escrito lo expusiese. Esto le enfadó hasta llegar a considerar que pedirle lo que nos negaba por escrito era una amenaza. Nada más lejos de la realidad, nunca amenazo y menos a un sacerdote por lo que significa para mí.
El segundo encuentro se produjo por expreso deseo de un superior del Obispado tras reunirme con él en Málaga, me encargó que por el Evangelio y el año de la Misericordia nos sentásemos a hablar con el Vicario. Solo acudimos para saber el porqué de su veto y entonces de nuevo se negó. La reunión fue muy tensa, me echó en tres ocasiones y le dije que de la casa de Dios nadie me echa, a lo cual gritándome dijo: "márchese de mi casa". Pese a ello permanecí en el despacho parroquial.
CM.- Al día de hoy no las tengo. He intentado hablar dos veces con Roberto Rojo como nos pidieron sus superiores y aún ni ha contestado, no hay motivos según él.
- ¿Puede haber motivos de tipo personal o razones de índole religiosa?
AG.- Insisto que no da razones. Personales no pueden ser porque desde que llegó a Melilla tanto mi mujer como yo le acogimos. En casa ha almorzado, o Carmen le ha cosido pantalones u ornamentos para Misa, sin dejar de olvidar las horas que mi mujer estuvo con él en un box de urgencias. Si hablamos de razones religiosas, él manifestó que nos excluye de la lista "por el muchísimo daño que hemos hecho a la Iglesia". Ante esto ya le pedimos que nos dijera de qué daño se trata, aún al día de hoy sigue sin decirnos nada.
Tanto Carmen como yo cumplimos todos los requisitos, hace más de un mes nos casamos por la Iglesia, posteriormente se presentó la candidatura. Pero es más, hace cuatro años el refrendó nuestra candidatura a pesar de conocer que estábamos solo casados por lo civil. Cada vez que le presentábamos los papeles que han conformado el expediente matrimonial, nos pedía la fe de soltería o un nuevo Libro de Familia, Carmen siempre le recordó que no lo tenemos al estar casados desde hace casi once años, y su respuesta era: "bueno, eso os lo paso". Nada nos pasa, estábamos casados aunque él no le guste el matrimonio civil. De todas formas el Vicario tiene diferentes varas de medir, le recordé en el Despacho de la Parroquia situaciones como él dice "irregulares", tras tacharnos a nosotros de eso, fue en ese momento y a cada nombre que dije cuando utilizaba la expresión "lo desconozco".
Él no dice la verdad, conoce a todas las personas mencionadas pero calla, solo focaliza en nosotros su rechazo. Ha llegado a tanto que hace años vetó a Carmen de ser madrina de Confirmación, cuando permitió a divorciados que lo fuesen o nos negó hacer las lecturas en Eucaristías dominicales durante meses y fueron sus superiores los que le dijeron que no podría impedirlo.
Ya en el límite de todo lo permitido nos anunció que puede negarnos los sacramentos incluido la Extremaunción aunque estemos a punto de morir; el otro día lo volvió a repetir.
CM.- Razones personales no las sé, pues no se me dicen. De índole religiosa no creo pues reúno todos los requisitos del Derecho Canónico así como con los Estatutos de la Congregación adaptados al Estatuto marco del Obispado para ser miembro de Junta de Gobierno. Pienso que si hubiera habido algún impedimento que no reuniera, la Hermana Mayor no nos habría puesto en su lista en ésta nueva candidatura.
- ¿Qué supone para ustedes verse apartados de esa forma?
AG.- Siento dolor que un Pastor me vete sin razón. Deseo seguir trabajando al lado de mis compañeros y compañeras de Junta por acercar a la Patrona al pueblo y cumplir el Evangelio precisamente ayudando a los que más nos necesitan que son cada día más.
CM.- Me siento afectada y discriminada como cristiana. Dejo claro que no voy en contra de la Iglesia ni de sus Pastores, solo que al día de hoy me encuentro vetada y apartada de una Junta de Gobierno en Cabildo de Elecciones y sin respuesta a tal motivo por parte del Vicario, Roberto Rojo.
- ¿Están ustedes en contra del Vicario como podría argumentar?
AG.- Ni de él ni de nadie. He nacido y crecido en una familia cristiana, creo en el mensaje de salvación de Jesús y jamás pensé que un sacerdote me hiciese esto. Pero tengo que aclarar que todo lo que estamos haciendo no es un procedimiento contra la Iglesia, solo tratamos de defendernos y que diga Roberto Rojo por qué nos excluye.
CM.- No estoy en contra de nadie pero sí de las injusticias, de los silencios, del tiro la piedra y escondo la mano. El Papa Francisco nos recuerda que "nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuantos cristianos dan la vida por amor". De hecho mi marido es primo de un mártir de la Iglesia, el Beato Juan Duarte Martín, quien dio su vida por seguir los pasos de Cristo. Sigue el Papa diciendo "¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo".
- ¿El asunto llegará al obispo?
AG.- Me reuní el pasado día 18 de mayo en Málaga con un superior del Vicario de Melilla para expresarle la situación. Éste nos remitió a que hablásemos con Roberto Rojo por el Evangelio y por el año de la Misericordia. Así lo hicimos con resultado infructuoso. Envié un burofax al Obispado con los términos de nuestra reunión con el Vicario pero han mirado para otro lado sin entrar en el fondo del asunto, el grave ataque a nuestro derecho al honor y buena fama.
CM.- Estamos a la espera que su Ilustrísima, el Obispo, quiera recibirnos y escucharnos. Como cristianos tenemos derecho a una respuesta convincente.
- El que salgan a la luz este tipo de situaciones internas ¿piensan que pueden perjudicar a la Iglesia en Melilla?
AG.- Dejaron de ser situaciones internas desde el punto y hora que el Vicario manifestó "el muchísimo daño que hemos hecho a la Iglesia", sin dar motivos y esa afirmación fue conocida por cada uno de los miembros de la actual Junta de Gobierno de la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria hasta saltar a un medio de comunicación. Aquí solo estamos perjudicados Carmen Martínez y Ángel Gil.
CM.- Ha salpicado a los miembros de la Congregación, a todos los cristianos de Melilla, y a los jóvenes que ante actitudes como ésta se alejan más de la Iglesia. Esta es la cruda realidad por la que la Iglesia pasa hoy en día.
