La Consejería de Presidencia y Salud, a petición de la Dirección General de Sanidad y Consumo de la Ciudad Autónoma, ordenó ayer la clausura de kiosco de comida rápida situado en la Plaza Torres Quevedo, cerca de la parada de la COA de Cabrerizas y Mariguari, según han informado a MELILLA HOY. La decisión viene motivada, como ya ayer adelantó este medio, por la posible relación de este local con una intoxicación alimentaria que habría afectado a más de 20 personas. El origen de los problemas gástricos se está intentando averiguar por parte de Sanidad.
El objetivo de esta medida, que ayer se materializaba pasadas las 19.00 horas cuando efectivos de la Policía Local precintaban el local y personal de la Dirección General de Sanidad y Consumo comunicaba la decisión a sus propietarios, es que el local regularice su situación, mejorando sus condiciones higiénico-sanitarias y propiciando que todos sus trabajadores tengan el carné de manipulador de alimentos, dado que al parecer varios de ellos no ostentan este requisito indispensable para servir comida en locales públicos.
Según han indicado a MELILLA HOY, si en un primer momento se achacaba al alioli usado en los bocadillos como origen de la intoxicación que habría afectado a más de una veintena de melillenses que comieron en los últimos días en este establecimiento, este podría deberse a otros o más factores, porque entre los clientes que sufrieron diarreas, vómitos, escalofríos y dolores abdominales se encuentran también personas que no probaron dicha salsa.
Alarma
Desde Sanidad se analiza qué factores podrían ser esos que han provocado que más de veinte personas hayan tenido que ser atendidas en el Hospital Comarcal, padeciendo algunos o todos esos síntomas, y con la única coincidencia de que todos comieron en estas jornadas en el kiosco de la Plaza Torres Quevedo. Debido a la alarma creada y la posibilidad de que el origen de esta intoxicación alimentaria masiva se haya producido como consecuencia de las comidas servidas la pasada semana en este establecimiento, la Consejería de Presidencia y Salud, a petición de la Dirección de Sanidad y Consumo para salvaguardar la seguridad alimentario de los melillenses, decidió ayer clausurar el local.
Se desconoce cuándo se levantará esta medida ni las consecuencias económicas que pueda tener para los propietarios del kiosco, si finalmente se confirma que más de veinte melillenses se intoxicaron como consecuencia de las condiciones higiénico-sanitarias del establecimiento o de sus trabajadores.
Este local, muy popular en Melilla desde hace décadas por la venta principalmente de hamburguesas y bocadillos, sobre todo por las tardes-noches, es muy frecuentado por melillenses, con una clientela joven en gran medida, dado que son horas en las que no es fácil encontrar un lugar dónde comer en la calle.
