En la noche del sábado 11 de junio pudimos ver por Melilla una multitud de jóvenes (y no tan jóvenes) corriendo en un ambiente festivo, para unos y competitivo, para otros. Se disputó la II Carrera Nocturna Ciudad de Melilla, prueba organizada por La Consejería de Educación, Juventud y Deportes, en colaboración con la Federación Melillense de Triatlón, el Club «Trail Running» y Cruz Roja.
La prueba discurría por la zona de la Plaza Multifuncional de San Lorenzo, Paseo Marítimo de Melilla y Plaza de España y en ella participaron cerca de un millar de alegres, pero sufridos corredores que dejaban a un lado los vaqueros, las camisas o los vestidos, los amigos (o no), el coche, el «tapeo»… y se calzaban sus zapatillas de deporte (o como decimos en Melilla, sus «tenis»), una malla, un pantalón, una camiseta… para correr en apoyo de una muy noble causa, en apoyo de Cruz Roja.
Desde el punto de vista material, estaba claro, era un buen plan, pues con el pago de 8 € uno recibía una camiseta de deportes, un boleto del Sorteo de Cruz Roja (que tiene un precio de venta de 5 €), cobertura sanitaria, avituallamientos, un detalle a la llegada… vamos, un chollo.
Desde el punto de vista personal, no sólo era un chollo, sino una oportunidad más para, poco a poco y de forma sensata, ir metiéndose en ese mundo tan saludable como es el del deporte y que, por diferentes desgracias acaecidas últimamente, ha tenido a las pruebas populares de gran fondo en tela de juicio.
El balance es absolutamente positivo, al menos para los corredores, que lucen mejor figura, mejor «tipo» y quizás, mejor sonrisa en la mañana del domingo, eso sí, tras un buen desayuno, leyendo en la prensa local las crónicas de una prueba en la que han participado.
Y en esa línea, un nutrido grupo de Regulares de Melilla – 52 se enfundó su camiseta de deporte para las «grandes citas», la camiseta verde que lucen cuando, en torno a un banderín, corren todos a una para representar a su unidad en apoyo a alguna noble causa como la que nos atañe en esta ocasión.
Animados por numeroso público con sus aplausos, se sienten pues, esa treintena de Regulares, hombres y mujeres, personal de Tropa y Cuadros de Mando, como verdaderos ganadores; ganadores por todo lo que anteriormente se ha citado; ganadores por saber vivir día a día, latido a latido, como un grupo unido, cohesionado y comprometido, en esta ocasión, con Cruz Roja, institución que tanto ha hecho por los militares de los últimos años (y van ya más de 150 años de existencia), desde que en 1864 se firmaran en el Primer Convenio de Ginebra las bases de esta organización, que plasmaba el sueño del Suizo Henry Dunant, ante las escalofriantes escenas de los heridos en combate en la Batalla de Solferino.
Pero si son ganadores quienes han salido en las listas de honor en los rotativos melillenses, si son o se sienten ganadores los que tuvieron el acierto de participar en dicha prueba; si son y se sienten ganadores (y afortunados) este grupo de Soldados de España que Sirve en Regulares a su sociedad… los verdaderos CAMPEONES son todos y cada uno de los miembros de Cruz Roja (en este caso, de Melilla), que ayudados por los organismos públicos o privados que se nombran al inicio de estas letras de homenaje, han vuelto a darnos una nueva muestra de generosidad, de trabajo eficaz y callado, de simpatía, con sus sonrisas, cuando entregaban los boletos del «Sorteo del Oro» de su día, nuestro día, del Día de la Cruz Roja…y de patriotismo, pues trabajan, como los que vestimos uniforme militar, por España.
Son los CAMPEONES de campeones, que no salen en los periódicos normalmente, pero sí viven de forma indeleble en el corazón de los más necesitados y que nos «molestan» de vez en cuando, pidiéndonos un poquito de «lo nuestro» para transformarlo en «un mucho» para aquellos.
Vayan estas líneas en sentido homenaje hacia todos los trabajadores de Cruz Roja y especialmente, para sus voluntarios, que la COMGEMEL y en este caso, el Grupo de Regulares de Melilla quieren testimoniar.
