Además de las medidas que puedan tomar las autoridades y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las agresiones a la COA, está claro que también es necesario realizar una campaña de concienciación que deberían protagonizar los propios vecinos, y en especial sus líderes Los sucesos que se vienen produciendo con los autobuses de la COA que realizan la línea Centro-Mariguari no son nuevos por desgracia pero en estos últimos días se han sobrepasado ya unos límites que antes no se habían dado. Si hasta ahora la acción de los vandálicos se limitaba a tirar piedras contra los autobuses, rompiendo en varias ocasiones los cristales de los mismos aunque por fortuna sin alcanzar a ningún pasajero y, lo que podría ser aún peor, al conductor; ahora el nivel de violencia contra este servicio público se ha incrementado de forma muy grave.
Así el domingo, cinco individuos asaltaron, literalmente, al conductor entrando por la fuerza en el autobús y arrojándole una botella de agua en la cara, haciéndole daño en uno de los ojos. sobre las nueve de la mañana. El hombre se vio obligado a frenar el autobús para evitar atropellarlos, momento en el que los cinco individuos se acercaron a la puerta de acceso y lograron forzarla para entrar.
No pretendían viajar, ya que se limitaron a insultar al conductor y a intentar quitarle el extintor que todos los autobuses llevan por razones de seguridad. En cuanto el profesional de la COA se encaró con ellos, los cinco asaltantes le lanzaron una botella de agua a la cara y se dieron a la fuga.
La cosa se repitió el lunes pero esta vez con mayor gravedad si cabe. Eran poco más de las 07.00 horas cuando otro conductor del servicio de autobuses de Melilla resultaba herido después de que fuera atacado con un machete por un grupo de cinco individuos –tres de ellos encapuchados– que pretendían robarle la recaudación, poco más de 20 euros dado que el servicio estaba prácticamente comenzando y el dinero es el usado para el cambio.
De nuevo el incidente ocurría en el autobús que cubría la línea entre el centro de Melilla y la Cañada de Hidum, cuando a la altura de la parada de la calle Vía Láctea accedieron al vehículo cinco personas aprovechando que un pasajero se apeaba. Las heridas no son graves y de las mismas ha sido atendido en Urgencias del Hospital Comarcal, si bien no ha necesitado ingreso hospitalario, aunque está muy afectado anímicamente. Los ladrones, por su parte, huyeron finalmente y no pudieron llevarse la escasa recaudación.
Se trataba así del segundo ataque consecutivo en menos de 24 horas, lo que obligaba a suspender la línea indefinidamente, una de las más usadas de la COA en Melilla y que une el centro con los barrios de Cañada de Hidum, Reina Regente y Tiro Nacional, tres de las zonas más deprimidas y que necesitan, más si cabe, este tipo de servicios porque no todos poseen vehículos particulares, en especial personas mayores o con escasos recursos económicos.
En este sentido hay que apuntar que además de las medidas que puedan tomar las autoridades y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las agresiones a la COA, está claro que también es necesario realizar una campaña de concienciación que deberían protagonizar los propios vecinos, y en especial sus líderes, para hacer ver que con hechos así, además de atentar contra la integridad física de unos trabajadores y una empresa de Melilla, se está perjudicando a los propios habitantes de los citados barrios, que por las acciones vandálicas de unos pocos se ven privados de un bien esencial como es el transporte público.
