Aún queda este último día de campaña y la jornada de reflexión de mañana, que los melillenses deberían aprovechar para pensar en las consecuencias que tendrá para el país optar por un partido u otro en la jornada de elecciones, y la importancia de ir a las urnas a depositar el voto. Nos jugamos el futuro del barco en el que navegamos todos. Esta noche, cuando el reloj marque las 00.00 horas, se habrá puesto fin a la campaña electoral, la segunda en seis meses y la tercera en poco más de un año. A este ritmo, no es de extrañar que los ciudadanos sientan cierta saturación política, especialmente tras el fracaso de la anterior legislatura, que se suponía que iba a ser la del cambio por la irrupción de partidos emergentes como Podemos y Ciudadanos (C’s). Ciertamente fue diferente por su escasa duración, y por ser la única en nuestra democracia en la que no ha sido posible formar gobierno porque los partidos políticos que obtuvieron representación en las cámaras no se percataron de que los electores les habían encomendado con su reparto de votos la misión de dialogar y llegar a acuerdos. En esta nueva campaña, parece que algo de eso han empezado a entender nuestros políticos, unos más que otros, aunque con reparos a la espera de lo que ocurra en la noche electoral del domingo.
En Melilla, esta campaña se ha desarrollado sin sobresaltos. Curiosamente, los días más intensos se vivieron antes de que la pegada de carteles diera comienzo oficial a la campaña electoral, con la decisión de Coalición por Melilla de participar activamente en unas generales. Su ofrecimiento a Podemos y PSOE, la elección posterior por los socialistas, y la candidatura conjunta fallida por la salida precipitada de Dunia Almansouri de la terna del PSOE por orden de Ferraz, han sido las únicas notas que han puesto algo de sal y pimienta a esta campaña electoral que hoy vive su último día. Precisamente esa secuencia de hechos ha ido diluyendo como un azucarillo la posibilidad de tener una campaña algo más animada, como suele ocurrir cada vez que CpM participa, y como se preveía que iba a ser cuando Aberchán anunció que su partido pugnaría junto al PSOE por los tres escaños de Melilla en las Cortes Generales. Nada más lejos de la realidad. CpM se ha mantenido prácticamente al margen de la campaña, al menos de cara a la galería, y su desengaño tras verse fuera de la candidatura del PSOE ha ido a más tras ver cómo el compromiso que exigía de Pedro Sánchez se ha quedado en un vídeo en el que ni siquiera nombra a CpM. La posibilidad, por tanto, de que Sánchez asuma el documento con las siete exigencias cepemistas en un hipotético escenario con él como presidente del Gobierno parece, tras visualizar la grabación, mucho más endeble que antes de que le diera al botón de REC en su grabación. Pese a todo, los cepemistas continúan adelante con su apoyo al PSOE, aunque habrá que ver cómo quedan las cosas tras el 26 de junio y si ese apoyo diluido también se observa en el recuento de votos.
Hasta que ese momento llegue, aún queda este último día de campaña y la jornada de reflexión de mañana, que los melillenses deberían aprovechar para pensar en las consecuencias que tendrá para el país optar por un partido u otro en la jornada de elecciones, y la importancia de ir a las urnas a depositar el voto. Nos jugamos el futuro del barco en el que navegamos todos.
