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El melillense Francisco José Ruiz Guillot, ordenado sacerdote en la Catedral de Málaga

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Ayer sábado, en la Catedral de Málaga, el obispo monseñor Jesús Catalá, ordenó sacerdote a tres jóvenes diáconos de la diócesis; Fernando Luque, Daniel Martín y el melillense Francisco Ruiz, tres jóvenes que han decidido decir sí a la llamada de Cristo. La ceremonia se desarrolló tal como marca la liturgia y los tres nuevos sacerdotes contaron con el apoyo de sus familias. Francisco José Ruiz Guillot desconoce cuál será el destino que se le encomendará, pero sí que su deseo es el de poder trabajar por las personas. En una entrevista que recoge la web de la diócesis de Málaga, el ya nuevo sacerdote melillense señala, a la pregunta de qué cree que puede aportar a partir de ahora a la Iglesia y al mundo, afirma categórico: "La ilusión de comenzar".

Señala que el Fran que entró en el seminario "era un muchacho de 19 años que quería ser cura y el que sale es un hombre de 25 años en manos de Dios". Su ilusión "es ser causa de Dios para aquellas personas que lo están necesitando; mi miedo es no estar a la altura".

Reconoce que tras ser ordenado sacerdote su vida "cambiará para mucho; ya no solo seré Fran, sino que seré Fran, testigo de Cristo como sacerdote". El joven sacerdote melillense destaca entre los personas de la Historia a Santo Tomás de Aquino; tiene como libro preferido "El caballero de la armadura oxidada" de Robert Fisher, y como película favorita "El color púrpura".

Llamada
En declaraciones a Cope Málaga, Francisco relató que la llamada del Señor la recibió en un retiro organizado por las religiosas del Buen Consejo, centro en el que cursó sus estudios. Allí, "en el oratorio de la casa, rezando sentí la llamada y me pregunté por qué no ser sacerdote". Después, por el testimonio de "muchas hermanas y de Juan Manuel Barreiro, melillense que fuera vicario de la ciudad y ahora se encuentra en misiones, fui viendo cómo se entregaban por la gente y me llamaba la atención". La fe, asegura, fue creciendo al sentirse que formaba parte "de una Iglesia viva" y tras completar la experiencia del Camino de Santiago en 2010, se decidió dar el paso. "El Señor me puso a gente en el camino y supe descubrir que me llamaba y me puse en sus manos", afirmó.

Francisco, al hablar del futuro, afirma haber depositado su confianza en Dios "porque Él me trajo al seminario y me ha acompañado en este proceso". Desconoce el destino que la Iglesia le encomendará, pero sí sabe que el próximo 1 de julio oficiará su primera misa oficial y será en la parroquia del Sagrado Corazón. "No sabemos cuál será nuestro destino, pero sí puedo hablar de la ilusión de empezar a trabajar por las personas", afirmó.

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J.A.M

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