En la travesía Málaga-Melilla del buque Manuel Soto de la compañía Trasmediterránea, un pasajero de nacionalidad marroquí cayó al mar cuando aún no se habían cumplido tres horas de travesía marítima. Se desconocían las causas que motivaron el hecho, pero no se descartaba que hubiese sido arrojado al mar por terceras personas.
El diario recogía también el hecho triste de la muerte de una niña que había sido atropellada en la Carretera Alfonso XIII. Los vecinos opinaban que la instalación de un semáforo hubiese evitado este lamentable suceso.
La Concejalía de Turismo tenía todo listo para la celebración del concurso Maja de Melilla 1991.
Se anunciaba una subida del precio de la COA, que pasaría a costar 50 pesetas.
