En la mañana de ayer y en el transcurso de un acto presidido por el comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu que tuvo lugar en el Centro de Historia y Cultura Militar que dirige el coronel Félix Moreno, se presentó un plano de Melilla de 287 años de antigüedad que acaba de ser restaurado por la melillense Virginia González Alcalde, en un proceso que le ha llevado tres meses de trabajo. Con la medida, se ha logrado disponer de un fondo patrimonial en condiciones, de fácil manejo por parte de interesados y de investigadores de la historia de la ciudad.
El plano recoge la situación de Melilla en esas fechas y, en concreto, las fortificaciones que existían en la ciudad por entonces como era el tercer recinto, el fuerte de San Miguel, del que en la actualidad quedan escasos restos, y el Foso de los Carneros.
Con la restauración se ha conseguido que el fondo patrimonial sea de fácil acceso a los investigadores y la ciudadanía en general.
Virginia González Alcalde, licenciada en Bellas Artes por la Facultad Alonso Cano de Granada y titulada superior en Restauración expuso con gran detalle el laborioso proceso que se ha desarrollado desde los meses de septiembre a diciembre para poner en valor el antiguo y valioso documento histórico.
Valoración
El general Gutiérrez tras felicitar a la restauradora por el excelente trabajo realizado en el plano de la ciudad vieja de Melilla que cubre hasta el fuerte de San Miguel y el Cerro del Cubo, ya que en esa época no existía aún el fuerte de Victoria Grande.
El militar dejó constancia de la importancia de que el CHCM ponga a disposición de la ciudadanía este tipo de documentos para su divulgación y conocimiento y destacó que Melilla es una ciudad privilegiada porque la cobertura que se realiza en este tipo de actividades es notablemente mayor que en otros capitales españolas. “España, dijo, tiene un gran estocaje de materiales de estas características debido a su condición de gran nación que a lo largo de sus más de 500 años de existencia ha producido un sinfín de fondos que están distribuidos por los diferentes archivos”.
Para el general el hecho de que los actuales historiadores, a través de investigar en los archivos, estén haciendo posible la recuperación de este capital histórico, “nos permite ahondar en nuestros conocimientos sobre quiénes somos y cuánto ha costado llegar a lo que hoy representa la nación española”.
A su vez considera que a través de estos documentos podemos apreciar la construcción de estas fortificaciones de los siglos XVI y XVII “y ponerlas en valor y asumir que forman parte de nuestro legado histórico, porque la historia debe ser contemplada como una plataforma de proyección hacia el futuro.
