El pasado 1 de julio se cumplió un año de la incorporación de los dependientes grado uno al conjunto de los beneficiarios de la Ley de Dependencia, con lo que se completaba la aplicación de una ley que nació con el objetivo de convertirse en el cuarto pilar del Estado del Bienestar. En Melilla más de 1.700 personas son beneficiarios de la Ley, incluyendo los algo más de 500 dependientes de grado uno. "Estamos atendiendo desde julio del pasado año a los dependientes de grado uno, con su prestación correspondiente", señaló a Melilla Hoy Isabel Quesada, y afirmó que esto ha sido posible gracias a que "hemos hecho un trabajo muy arduo". Desde la entrada en vigor de la Ley de Dependencia en 2007 hasta 2015, "ha habido personas que han pasado de grado uno a grado tres, con lo que hemos tenido que revisarlo todo".
Explicó la directora provincial del Imserso que ha sido preciso "depurar las listas" que existían para eliminar aquellos que desde que solicitaron su inclusión o han fallecido o ya no residen en la ciudad, para valorarlos de nuevo, al tiempo que se incluían a los nuevos demandantes de grado uno.
Completar la aplicación de la Ley de Dependencia con la incorporación de los grado uno "nos ha supuesto un gran esfuerzo, tanto en tiempo, como en trabajo y de incremento de los presupuestos". "Han sido meses de mucho trabajo para poder ponernos al día y que el sistema ya ruede sin problemas", afirmó. De esta forma se ha logrado que 510 personas tengan ya la consideración de dependiente grado uno y que disfruten de la prestación correspondiente.
La incorporación de estas personas a la Ley de Dependencia, ha supuesto también un aumento en dos servicios clave como son el programa de ayuda a domicilio y el de promoción de la autonomía personal, al tiempo que se ha aumentado el gasto en la prestación económica de los cuidadores no profesionales. "Los grado uno son los que tienen más capacidad de recuperación de cara a evitar o retrasar una degeneración que pueda llevarles a ser grado dos o tres. Por eso incidimos en el programa de prevención de la dependencia y la promoción de la autonomía personal, que incluye terapia ocupacional y servicio de fisioterapia que se puede prestar tanto en el propio domicilio como en cualquier centro", dijo.
Dependientes
En Melilla, señaló, actualmente 1.760 aproximadamente son beneficiarias, en distinto grado, de la Ley de Dependencia. Los más numerosos son los dependientes grado dos y grado tres. Mayoritariamente el colectivo más numeroso es el de mujeres.
En concreto, se contabilizan 600 personas con la consideración de grado tres o grandes dependientes; 650 como grado dos, y 510 como dependientes de grado uno. Todos ellos disfrutan de la prestación, programa o servicio que precisen en cada momento, desde plazas residenciales, a programas de teleasistencia, ayuda a domicilio, prestaciones de cuidadores no profesionales y el programa de promoción de la autonomía personal. Señaló Isabel Quesada que no existen estudios sobre si el volumen de beneficiarios de la Ley de Dependencia en la ciudad es más o menos elevado que en cualquier otra localidad española. Lo que sí estiman es que el número oscila cada año entres los 1.600 y los 1.800 beneficiarios.
Indicó Isabel Quesada que en Melilla no se dan los problemas que se registran en otras comunidades autónoma, en cuanto a retrasos en la catalogación de expedientes y concesión de programas y ayudas. "Sí tenemos lista de espera en cuanto a plazas en la residencia, pero no en personas que esperen para ser valorados como dependientes. Por lo demás, la demoras son muy cortas en cuanto al reconocimiento del grado de dependencia y aprobación de las prestaciones a recibir. Los expedientes, de hecho, se resuelven antes de que termine el plazo que fija la ley. De hecho estamos por debajo de los tres meses".
