Medio centenar de pequeños de la Colonia Urbana de San Agustín, del barrio del Real, junto a sus monitores, tuvieron ayer oportunidad de conocer los secretos de la Plaza de Toros.
A los visitantes les sorprendía descubrir desde la enfermería, a la pequeña ermita donde los toreros rezan, pasando por los chiqueros, y las distintas estancias de la plaza de toros melillense, un edificio que forma parte de la fisonomía de la ciudad y que muy pocos tienen la oportunidad de visitar, a no ser que haya sido para acudir a cualquier espectáculo taurino, algún que otro concierto o exhibiciones.
Los pequeños visitantes de ayer proceden de familias con déficit económico, social o cultural que participan de las colonias urbanas que organiza Cáritas Interparroquial. Uno de los monitores aseguraba que detrás del rostro de cada uno de estos niños y niñas “hay una historia de vida diferente”. Con las colonias se busca que puedan disfrutar de quince días de vacaciones realizando actividades enriquecedoras.