Jesús Fernández Fernández, es desde el pasado 30 de mayo el nuevo decano del Colegio de Arquitectos hasta 2020. Fernández estudió entre Sevilla y Barcelona para luego volver a su tierra natal, Melilla, donde montó su propio despacho. El nuevo decano cuenta a MELILLA HOY los objetivos que tiene para estos cuatro años para el Colegio, así como su visión sobre la composición urbanística de la ciudad desde su punto de vista como arquitecto. Relacionar el colegio con los agentes sociales y mejorar los servicios a los colegiados será su reto en los próximos 4 años.
- ¿Qué líneas generales se ha marcado la nueva Junta de Gobierno?
Hasta ahora las preguntas que se hacía al decano eran cuestiones que creemos que desde la nueva Junta de Gobierno que no aportaban nada a lo que queremos hacer del Colegio. Esto es, estructurar unos servicios básicos en los que nuestros colegiados puedan apoyarse en un momento determinado o la formación continua que es algo fundamental. Y es que sobre todo en Melilla, somos a veces un poco endogámicos, porque nos nutrimos de lo que nosotros mismos generamos, aunque miremos hacia fuera.
Esta formación continua no supone que estemos todo el día hablando de cuestiones técnicas, sino de una formación más generalista enfocada a la investigación y la docencia. Otra de las líneas en las que trabajaremos y ya hemos empezado, es a relacionarnos con otros colegios e instituciones. Por ejemplo, hace poco el Colegio de Melilla fue invitado por parte del de Málaga a los Premios de Arquitectura.
- ¿Cuál será el primer servicio que pretende impulsar la Junta para los colegiados?
Lo primero que queremos mejorar es la forma de que el colegiado o cualquier ciudadano puedan relacionarse con el colegio, esto es, a través de la red. Así, para los colegiados queremos impulsar un área interna a través de la web donde puedan solicitar los servicios, y que los ciudadanos también puedan ver lo que proponemos. Queremos que el colegio sea de todos, no del decano, sino de unos 50 colegiados y que seamos un celebro común.
A nivel externo, también creemos que la Ciudad, en este caso, está haciendo una inversión para construir ciudad y generar un tejido urbano, y ahí debemos de estar ayudando. No se trata de que hablemos del Colegio como alguien que habla de honorarios, de quien hace un proyecto o quien entra en un puesto u otro. Para la profesión es bueno que estemos en asuntos como la reubicación del monumento de Plaza Héroes de España, por ejemplo, y que podamos dar unas 50 propuestas de cada uno entre las que podría estar la idea perfecta.
- ¿Qué propuestas en materia de rehabilitación puede aportar el Colegio a los edificios de la ciudad?
Los edificios de Melilla no están en unas condiciones óptimas y necesitan una intervención desde el punto de vista de la reparación o la rehabilitación y ahí la figura del arquitecto es fundamental. Esto conlleva una línea a seguir que favorezca a la economía porque intervienen el contratista, el arquitecto o el técnico entre otros. Pero, en este sentido, tenemos algunos problemas con las decisiones que emanan de Cultura a través de la Comisión de Patrimonio.
Pero pasa, porque no es lógico que no haya un arquitecto, no solo de la administración, sino de los que están en la calle día a día encontrándose los problemas que luego se debaten en la comisión, y es lo que aportaría el Colegio. Y es que si se ve desde el punto de vista sanitario, no sería lógico hablar de una intervención quirúrgica en una comisión y que no haya un médico.
Además, hay que empezar a diferenciar la reparación y la rehabilitación. Una cosa es la reparación en la que tiene fallos y se reparan, y otra la rehabilitación. Esta se basa en que, un edificio que cumplía una determinada función, ahora cumple otra, y para ello se necesitan una serie de operaciones que son algo más que reparar. Se trata, de repensar como funciona ese edificio y dotarlo de una nueva vida, para lo que se necesita una cierta flexibilidad.
- ¿Qué problema se encuentran los arquitectos en la profesión en sí?
Quizás en parte culpa nuestra, pero creo que la profesión se ha separado un poco de la ciudadanía, porque estaba en una época en otro nivel. Al final ha pasado como con los políticos y es que si no escuchas a la gente, o no sabes por donde van los tiros y te aíslas pues al final terminas hablando otro idioma. Mucha gente no sabe ni que hace un arquitecto, o cree que solo firma planos y se queda en eso.
Pero el arquitecto es más, dado que las condiciones de las infraestructuras influyen en todo y no es lo mismo Nápoles que París o Madrid. Hay una diferencia en como se concibe la ciudad y eso lo aporta el arquitecto, y no solo la funcionalidad.
- Algunas organizaciones critican que la ciudad no está hecha para disfrutar del espacio público algo que impide el tráfico y la propia estructura, ¿cómo lo ve como arquitecto?
Decía antes que el arquitecto no solo es un técnico y que puede aportar a construir ciudad, pero no es el único aunque sea un agente importante en ese proceso. Ni la Ciudad a través del consejero ni el grupo de técnicos puede arrogarse la potestad de definir como tiene que ser la ciudad, sino que debe ser un diálogo entre todos. Comerciantes, organizaciones, peatones, etc.
Por otro lado, no es lo mismo aplicar los criterios de un sitio a otro. Hay sitios donde existen ciudades céntricas y se reside en ciudades dormitorio, donde el coche es fundamental y necesitas articular un urbanismo diferente, pero Melilla está más cerca en concepto de los pueblos de la costa blanca. No tiene sentido que tengamos 50.000 coches y por eso me parece que la peatonalización y la zona azul son una forma de educar.
Lo que veo absurdo, es lo que en ocasiones dice la Asociación de Comerciantes, de que quieren un espacio para que los ciudadanos puedan llegar hasta la puerta del comercio. Sinceramente, creo que están equivocados dado que un negocio se mueve más cuando esa toma de contacto es a una velocidad distinta a la que va el automóvil. Tenemos que hacer ciudad para los ciudadanos y no adecuar la ciudad al coche del ciudadano.
Me parece fantástico como se ha intervenido en la zona de Héroes de España, es decir, si esto es peatonal así se queda y ya nos iremos acostumbrando. Ahora, a pesar de que la intervención me parece bastante buena en Carlos de Arellano, lo es si la tomamos como es. Es decir, como una peatonalización y no como una calle con aparcamiento, los coches andando y un peatón por en medio. Es una cosa extraña que al final no termina de encajarle ni al coche, ni al peatón, pero es mi opinión como arquitecto.
Similar pasa en el Real, es una cosa donde no sabes leer lo que tienes que hacer, dado que el coche no sabe si se está metiendo por una zona peatonal, y el peatón no sabes si va a venir un coche y se lo va a llevar por delante.
- ACOME pide que den un 'respiro' a las obras en el centro para los comerciantes…
Me acuerdo cuando se estaban haciendo las obras del centro, que una vez salió una señora de un comercio y le increpó al jefe de obra y éste le dijo: "Yo nunca he visto hacer una tortilla sin romper un huevo". Esto es, que para comerte una tortilla doradita, tierna, primero hay que romper un huevo, es decir, que hay que pasar por un proceso que lo mismo no es tan grato. Es como si le dices a un comerciante de la calle Larios que va a volver a quitar la peatonalización, le diría: “¡Pero que dices, mi suelo urbanísticamente hablando ha pasado a multiplicarse por diez!”.
Yo no entiendo un centro, corazón comercial de la ciudad, con una acera de dos metros y todo lleno de coches. Yo quiero seguir el modelo de otras ciudades como Málaga con Larios, Madrid en calle Serrano, o Sevilla en Sierpes, es decir, pensar la ciudad para el que va andando y no podemos pensar la ciudad para el que viene en coche a comprar y ponga el coche en la puerta. Y es que además seguramente no aparcará, porque el que llega a trabajar ocupa el sitio y el que viene a comprar ya no encuentra sitio.
- Una de las propuestas de Melilla ConBici es que exista una Mesa de Movilidad donde estén todos los actores, ¿estaría el Colegio de Arquitectos?
Debería. Si vamos a hablar de un tema de movilidad, de ciudad y flujos ¿a quién vas a llamar sino es al colectivo de arquitectos? Son necesarios entre otras cosas para redactar el Plan General.
- ¿Qué tipo de problema existen en los edificios de los barrios periféricos que sufren un gran deterioro?
El que tiene coche sabe que debe tener un mantenimiento, debe pasar un Inspección Técnica de Vehículos y que no basta con echarle gasolina y ya durará 20 años, sino que hay que estar pendiente de los frenos, de la chapa, niveles de líquido. Es decir, tomar una postura proactiva, e intentar ponerle parches antes de que aquello se desmadre.
Pues con los edificios pasa un poco lo mismo, y lo que yo me he encontrado, es que la gente invierte en su casa, se hipoteca el resto de su vida, pero luego no concibe que a parte de otras muchas cuestiones, esa casa sigue siendo un bien de uso como una lavadora o una mesa a otro nivel. Si no le echas cariño de vez en cuando, se termina deteriorando y eso es una responsabilidad del propietario.
Quizás la ciudad lo que debería de empezar a exigir y concienciar a los propietarios sobre unos mínimos de mantenimiento a las viviendas. Ese instrumento, que es la Inspección técnica de edificio ya funciona, aunque, debe ser un instrumento útil y no un trámite administrativo.
Estas cosas deben ponerse sobre la mesa, usted realiza una función y no solo gana dinero, no se trata de hablar de la profesión, sino de como está la disciplina. Ver como se puede ayudar y mejorar.
- ¿Cómo ve un arquitecto las construcciones de los Distritos IV y V?
Depende de cómo lo veas. Habrá gente que le guste esa forma de crecimiento orgánico fuera de la legalidad como concepto. Aún así, al final si se habla de hacer ciudad y aunarla en un mismo criterio, sino es uniforme, al menos que esté conectado. No debe ser la misma actuación en el centro o el Real, pero si deben tener la misma forma de proceder.
Ahora bien, lo que no me gusta es que desde determinados sectores de la ciudad, se apunta a la administración pública, sea éste gobierno u otro, como en el que reside el problema de la desorganización de dicha zona.
¿Alguna responsabilidad tendrá el propietario? ¿Es qué no conoce las leyes? ¿Y un barrio entero? Pues sí hay que legalizarlo y hay que adaptarlo a la normativa, pero también conlleva que sea capaz de asumir que es lo que se va a hacer con su casa. Es un problema complicado y que para solucionarlo habrá que organizar esos grupos de trabajo con los vecinos. Aún así es como la educación de un niño, no podemos echarle la culpa al sistema educativo o el colegio, porque el padre también tiene sus responsabilidades.
Yo quiero tener el mismo servicio que el barrio ‘x’, pero desde mi idiosincrasia. Mira, no puede ser, ¿Usted no valora que no pueda entrar un coche de bomberos si hay un problema? ¿Si se quema una casa, saldrá la voz de turno diciendo que hay que ver que no tienen los medios suficientes? No. Tenemos que colaborar todos, y los propietarios deben asumir su parte de responsabilidad en legalizar la construcción.
- ¿Continuará la nueva Junta de Gobierno el 'Caso Arquitecto'?
Ahora mismo el Colegio no apoya ni deja de apoyar. No es un proceso en el que ahora mismo estamos inmersos. Creo que a día de hoy en los procedimientos jurídicos que se iniciaron, o no tenemos nada que ver, o se han resuelto. Nuestra intención es procurar darle la menos lata a los servicios jurídicos del colegio, más allá del asesoramiento a los colegiados. El Colegio no tiene nada que ver y son un grupo de colegiados los que impulsaron esa denuncia.
- Quevedo celebró que se retomaran las relaciones, ¿qué pasaba antes?
Simplemente no es que hubiera malas o buenas relaciones, si entendemos como mala que se iniciara el 'Caso Arquitectos' sí, pero es que las relaciones eran inexistentes. Esto para un colegio profesional nunca es bueno. Los contactos que tengamos con Medio Ambiente, Cultura o Fomento no significa que le colegio pierda el carácter de independencia. O no entendemos o no vamos a ningún lado y si pretendemos construir lo que no podemos es destruirnos. Ya que no solo se benefician las partes sino los ciudadanos que son indirectamente los afectados, por no decirte los directamente.
