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Isaac Ugencio, el ‘agente-socorrista’ que enorgullece a la Policía tras rescatar a Aimán

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(Autor: TWITTER)

Isaac Ugencio es uno de los 22 policías nacionales que vino a Melilla a mediados de junio para reforzar la plantilla de la Jefatura Superior de Policía durante la Operación Paso del Estrecho (OPE). Apenas un mes después de su llegada a la ciudad, este joven maño, de 32 años, se ha convertido en un héroe para sus compañeros de aquí y de su destino el resto del año, en la comisaría de Igualada (Barcelona). Las felicitaciones no han cesado después de que el pasado viernes día 15, cuando estaba fuera de servicio y disfrutando un rato de la playa, se lanzara al mar pese al fuerte oleaje para ayudar a los socorristas al rescate de tres niños que se estaban ahogando.

Este agente, en concreto, sacó del agua a Aimán, el único de los tres chicos que, gracias a la rápida intervención de este agente, no tuvo que ser trasladado al servicio de Urgencias del Hospital Comarcal.
MELILLA HOY ya avanzó la noticia de este rescate en su edición del pasado sábado. El Servicio de Salvamento y Socorrismo de la playa expresó minutos después del rescate su agradecimiento a este policía nacional por haber colaborado, “permitiendo sacar con vida del agua al tercero de los menores implicados en el suceso”. Ayer fueron el propio Aimán, una de sus hermanas y el padre de ambos quienes pudieron darle las gracias personalmente, como días atrás ya había hecho la madre vía telefónica.
“La verdad es que tanto el padre como la madre están super agradecidos y me han dicho que menos mal que estaba allí, porque el niño les había dicho que ya no tenía fuerzas cuando pude llegar a él”, comentó ayer a este Diario poco después de ese encuentro con la familia en el mismo lugar donde ocurrió todo, en la Playa de San Lorenzo. Tanto Ugencio como el padre del pequeño, de unos 10 años, aprovecharon para quitar algo de hierro al asunto delante de Aimán: “Se llevó tal susto, que imagino que no se le ocurrirá más meterse en el mar con bandera roja ni tanto oleaje”, indicó el policía.
De todos modos, sí se mostró contundente al señalar que “la gente debería tomarse más en serio las indicaciones de los socorristas, especialmente en relación a las mareas, el oleaje y las banderas”. Pero sobre todo, “estar pendientes de los niños” en la playa, algo que en Melilla, como ya denunció días atrás el Servicio de Salvamento ante este Periódico, no está ocurriendo. Y eso es lo que da lugar a situaciones como la que el pasado viernes pudo costarle la vida a Aimán y los otros dos niños que le acompañaban.

Se lanzó sin pensarlo
Al parecer, los tres se presentaron solos en la playa sin decírselo a sus padres y se metieron en el agua sin tener en cuenta la prohibición de baño, avisada por la bandera roja. El policía Isaac Ugencio sí había visto la bandera y por eso, cuando llegó a la playa después de haber salido del gimnasio sobre las siete de la tarde, decidió quedarse en la arena y no meterse en el mar, a pesar de que es buen nadador desde que sus padres le enseñaron cuando era bien pequeño.
De repente, poco antes de las ocho, empezó a oír los gritos de otros bañistas que, desde la orilla, avisaban de que había tres niños metidos en el mar que estaban pasando apuros. “¡Que se ahogan, que se ahogan!”, gritaba la gente. Entonces fue cuando Ugencio vio a los tres niños al fondo y se lanzó inmediatamente al agua para intentar ayudarlos. “Allí dejé mis cosas sin pensarlo. La cartera, el teléfono… y eso que la semana anterior le habían robado el bolso a mi novia en la misma playa”, explicó este policía, que llegó con bastante esfuerzo hasta Aimán debido al fuerte oleaje y la gran resaca que había en el mar en ese momento. “Aunque soy buen nadador, tengo más o menos buena condición física y mido 1,85 metros, la verdad es que me costó traerme al niño hacia a mí y pude sacarlo del agua dificultosamente. Otros dos socorristas sacaron a los otros dos niños después”, siguió relatando Ugencio a MELILLA HOY.
Ya en la arena, el policía recurrió a sus nociones como voluntario de Cruz Roja y puso al niño en posición de seguridad para controlarle las constantes vitales. También tuvo que tranquilizarlo porque no paraba de llorar del susto que se había llevado unos minutos antes dentro del agua. Con él se quedó mientras llamaba al 061 y a la Policía Local, cuerpo que finalmente se llevó Aimán a casa mientras sus dos amigos eran trasladados a Urgencias en ambulancia. Probablemente la rapidez con la que Ugencio lo sacó del mar fue lo que salvó a este niño de tener que ir también al hospital.

La moraleja: Hacer caso a los socorristas
La moraleja, según este agente, es la importancia de que los padres estén atentos a sus hijos en la playa, independientemente de si saben nadar o no, y sobre todo, “no tomarse a broma” las advertencias de los socorristas. De lo contrario, “lo que hoy queda en una anécdota, puede que pase a ser una desgracia que siempre nos acordemos de ella”. “Una de las socorristas me dijo que la verdad es que no sabía cómo no pasan más cosas en Melilla porque aquí nadie les hace caso”, agregó.
Afortunadamente, el rescate del viernes todo quedó en un susto. Pero desde el viernes, a Isaac Ugencio no dejan de lloverle las felicitaciones. Una de las últimas, de la propia Policía Nacional, que desde su perfil de Twitter se hizo eco de la noticia publicada por este Diario el pasado sábado: “Un policía ayuda a los socorristas de la playa de San Lorenzo en Melilla a rescatar a 3 niños. ¡BRAVO!”, rezaba el tuit del Cuerpo, que fue ampliamente compartido y comentado por otros usuarios de la red social.
También sus compañeros se han volcado con él en estos días, de modo que el agente que vino desde Igualada para pasar el verano haciendo controles documentales en la frontera por la Operación Paso del Estrecho es ahora uno de los agentes más famosos de la Jefatura Superior de Melilla. Él lo lleva con orgullo porque es “super reconfortante” que todo el mundo le dé la enhorabuena, aunque habría preferido que no hubiera ocurrido nada. Desde luego, cuando regrese a su puesto en Cataluña en septiembre, este joven maño tendrá muchas cosas que contar de su paso por Melilla.

El año pasado ya intervino fuera de servicio en un accidente

Este policía nacional, de 32 años y con marcado acento de su ciudad natal, Zaragoza, no se había visto en una igual desde que en 2009 entró a formar parte de la Policía. Sólo le pasó algo parecido el año pasado, cuando salió de trabajar en Igualada un viernes y camino de la playa, se encontró con un accidente. Como le pasó el viernes, no dudó en echar una mano, aunque como recordó ayer, en aquel siniestro no había heridos de gravedad.
Según dijo, en los siete años que lleva en el Cuerpo no ha tenido otros servicios humanitarios tan destacados como el del pasado viernes.

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Redacción

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