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Antesala a las elecciones

Sánchez continúa empecinado en su "no" rotundo, que pone en entredicho ese carácter dialogante y negociador del que tanto alardean los socialistas y que en base a la actitud de su líder parecen haber perdido Dos noticias de alcance protagonizaron la jornada pasada el panorama informativo del país. La primera, el gran descenso que experimentó el paro durante el pasado mes de julio y que, en otra ocasión, hubiera tenido mayor repercusión, quedó prácticamente diluída ante los resultados del encuentro mantenido en la mañana de ayer en el Congreso de los Diputados, entre el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy y el máximo dirigente socialista, Pedro Sánchez.

El número de parados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo, el antiguo Inem, bajó en el mes de julio en 83.993 personas, un 2,2% situando el número de desempleados en 3.683.061 de personas, el nivel más bajo desde agosto de 2009. Además, es la primera vez desde 2010 que la tasa cae por debajo de los cuatro millones de personas y el mayor recorte que se produce en un mes de julio desde el año 1997.

De manera paralela, la afiliación media a la Seguridad Social aumentó en 84.721 personas, un 0,48 % más que en junio, hasta alcanzar los 17.844.992 ocupados, lo que supone el mayor ascenso en este mes desde 2007. Estos son los datos de desempleados que el Ministerio de Empleo publica mensualmente. Actualmente la tasa de paro está en el 20%, su mejor dato en cinco años y según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la ocupación en julio también ha aumentado en términos desestacionalizados, eliminando el efecto de la campaña de verano, en 41.463 afiliados, el mejor resultado de los últimos 10 años.

Unos datos, sin duda, que animan a seguir trabajando en esta misma línea de recuperación de cara al futuro. Este es el mensaje que enviaba Rajoy tras hacerse públicas las cifras de paro y añadía que el empleo garantiza las pensiones y el mantenimiento y mejora de los grandes servicios públicos fundamentales como la Sanidad, Educación o los Servicios Sociales, mientras que los socialistas creen que todavía queda mucho por hacer para crear empleo de calidad y para combatir el paro juvenil. En definitiva unos datos, sin duda, positivos que avalan en cierta forma que la política que ha desarrollado en los últimos años el Gobierno de Mariano Rajoy no ha ido tan desencaminada como pretende resaltar la oposición y que, por tanto, inciden en la continuidad de las medidas estables para seguir avanzando en la senda de crecimiento económico y laboral.

En la Ciudad Autónoma de Melilla durante el mes de julio, el número de parados asciende a 11.630 tras un descenso en 272 demandantes de empleo y en relación al año anterior, el descenso ha sido de 824, lo que supone un 6,62%. Unas cifras que han llevado a Esther Azancot, directora provincial del SEPE, a señalar que julio ha sido, según los datos de paro registrados, un buen mes en cuestión de empleo, ya que cerca de 300 melillenses han dejado de formar parte de la estadística mensual de desempleo en la ciudad. También considera que el descenso anual es importante, dado que llega hasta 824 desempleados menos que el año pasado, lo que indica que Melilla sigue mejorando en cuestión de empleo.

Por otro lado, los datos de afiliación media a la Seguridad Social son positivos, tanto en variación mensual como anual. Muestra casi el doble de aumento mensual que el dato de descenso de paro registrado, y el aumento anual es de más de 600 afiliados.

Frente a esta noticia que daba pie a cierto optimismo en el terreno laboral, se conocía momentos después en otro ámbito, el político, que los resultados de la reunión Rajoy-Sánchez daban pocas esperanzas hacia un desbloqueo para la investidura del candidato popular. Las propuestas del primero en torno a un gobierno de coalición o unas conversaciones en torno a cuatro mesas de negociación con varios asuntos sobre la mesa, entre ellos la educación y la economía, han caído en saco a roto ya que el PSOE se niega a respaldarle. Sánchez continúa empecinado en su “no” rotundo, que pone en entredicho ese carácter dialogante y negociador del que tanto alardean los socialistas y que en base a la actitud de su líder parecen haber perdido. Una situación de cerrazón, la del PSOE que de no variar ni un ápice como continúa demostrando Pedro Sánchez, desoyendo incluso las voces en contra de prestigiosos compañeros de su propio partido como el expresidente Felipe González, nos llevaría a todos los españoles a unas terceras elecciones que nadie desea y que tendría su coste electoral en las urnas.

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