La práctica totalidad de las playas de Melilla vieron como ayer ondeaba la bandera roja, de prohibido bañarse. Sin embargo, fueron muchos los bañistas que no aceptan esta recomendación, lo que obligó al Servicio de Socorrismo a recurrir a la Policía Local, para que estas personas acataran la prohibición, para evitar cualquier desgracia. Según han apuntado, lo que desconocen estos bañistas es que no sólo ponen en peligro sus vidas sino también las de quienes tiene que socorrerlos. Por ello tienen que pedir el auxilio de los agentes para conminar a estas personas para que desistan de su actitud o de lo contrario enfrentarse a la sanción económica correspondiente por no atender la "bandera roja" que en ese momento ondeaba en las playas y costas de la ciudad.