Es el único tenista de la historia que ha ganado el título de los cuatro Grand Slams, la Copa Davis y el oro olímpico en individual y en dobles. Eso retrata a un jugador total, una fuerza de la naturaleza, pero, sobre todo, a un jugador extremadamente inteligente capaz de adaptarse a cualquier superficie.
Después de una temporada no muy buena, el tenista español ha estado sacando fuerzas de todos los sitios para volver a estar a su mejor nivel. El oro en dobles en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, junto a Marc López, ha sido un merecido premio a un año complicado y lleno de obstáculos PARA Rafa Nadal. Lástima que en el cuadro individual no pudiera superar en semifinales, tras un épico partido, al argentino Juan Martín del Potro. Al menos, el de Manacor sacó la casta y las energías donde no le quedaban para plantar cara al japonés Kei Nishikori, aunque terminó cediendo la medalla de bronce al nipón.
Rafael Nadal Parera es, muy posiblemente, el mejor deportista español de la historia. Únicamente, Pau Gasol o alguno de los futbolistas que alcanzaron la gloria europea y mundial, tanto a nivel de clubes como de selección, pueden hacerle algo de sombra al balear (Xavi Hernández, Iker Casillas o Iniesta). No en vano, es el único tenista de la historia que ha ganado el título de los cuatro Grand Slams, la Copa Davis y el oro olímpico en individual y en dobles. Eso retrata a un jugador total, una fuerza de la naturaleza, pero, sobre todo, a un jugador extremadamente inteligente capaz de adaptarse a cualquier superficie (hierba, tierra o pista rápida) y a cualquier contexto, sólo o acompañado. Un jugador capaz de reconocer el escenario, estudiarlo y adaptarse para rentabilizar sus prestaciones ante el rival, el marcador y las condiciones reinantes en eso momento, sean cuales sean. Si el físico ha hecho ganar a Nadal muchos partidos, más encuentros le han hecho ganar su cabeza. Su fortaleza mental que le impide rendirse y su inteligencia emocional capaz de leer como nadie los partidos.
Río de Janeiro quedará en el recuerdo para Nadal tanto por los éxitos conseguidos como por el hecho de haber alcanzado el oro en dobles junto a un amigo como Marc López. Marc y Rafa han logrado trasladar a las pistas brasileñas el afecto que surgió entre ellos hace tiempo, que distanció la vida y que los juegos olímpicos han vuelto a reunir.“Estoy feliz de haber jugar con mi mejor amigo en un momento único”, explicaba Nadal. “Conocí a Rafa cuando tenía catorce años y ya despuntaba. Soy el hombre más feliz del mundo”, dijo Marc.
Mientras Rafa Nadal se convirtió en una leyenda del tenis, Marc López terminó por encontrar su espacio en la modalidad de dobles, en la que ha llegado a ser reconocido por sus adversarios y por la clasificación entre los mejores del circuito mundial. En este sentido, cabe recordar que no hace mucho el catalán logró uno de sus sueños, un Grand Slam en Roland Garros, junto a Feliciano López. En la tierra batida de París el barcelonés cosechó el mejor registro de su carrera.
