Los lunares se vuelven a imponer como el estampado por excelencia de la semana de Feria. Aunque nunca desaparecieron, este año cobran un protagonismo sin precedentes, según afirma la experta en costura flamenca y encargada de La Costa Azul, Nuria Oña. Asegura que esta Feria viene repleta de nuevas tendencias: hombros al aire, volantes claveles o una combinación explosiva de colores. La semana de fiestas también va a suponer el retorno de algunas prendas más olvidadas, como las faldas rocieras o los mantones de manila. Los lunares nunca se fueron, pero este año han regresado a la moda flamenca con una fuerza sin precedentes. Triunfan solos, sean del tamaño que sean: grandes, pequeños, microscópicos… Pero también están teniendo mucho protagonismo combinados con otros estampados, como las flores, otra tendencia que este año continúa pisando fuerte.
En cuanto a los trajes, la experta en costura flamenca y encargada de La Costa Azul, Nuria Oña, expone que se están vendiendo tanto vestidos como faldas conjuntadas con sus camisas con ‘chorrera’. “La falda corta con el talle alto se está vendiendo muy bien. Se ha vendido algo más la falda que el traje, aunque la diferencia es muy mínima”, asegura. Por su parte, afirma que este año se está recuperando la falda rociera, caracterizada por su sencillez al ser lisa hasta abajo, donde acaba en un volante. “También se van a ver mucho los hombros al descubierto”, adelanta.
“Otro bombazo están siendo los volantes claveles”, cuenta Oña, especificando que se están combinando mucho con los volantes canasteros. “Los diseñadores no están teniendo ningún miedo a la hora de mezclar”, subraya la experta.
Moda gitana para ellos
Este año, el traje de ‘gitanillo’ clásico experimenta algunos cambios: el pantalón se acorta, las telas se hacen más livianas y las camisas pasan a adornarse con madroños y encajes. “Pasa de un traje soso y clásico a un traje mucho más alegre y divertido”, subraya Oña. Lo que no pierden son los lunares, aunque también están experimentando con estampados. Por otro lado, pierde fuelle el clásico traje de campero, uno de los más calurosos para esta época del año.
