La fortuna quiso que la noche del sábado al domingo no hubiera ningún velatorio en el Tanatorio Municipal del Cementerio cristiano de la Purísima Concepción porque, de lo contrario, podría haber ocurrido una desgracia. Todo ello después de que durante esa noche cayeran accidentalmente seis metros de pesados tubos de refrigeración en el interior del tanatorio. En esos momentos no había nadie porque esa noche no hubo difuntos que velar, lo que evitó un suceso, en el caso de que esos tubos hubieran caído sobre alguna de las decenas de personas que suelen estar en el interior cuando hay que despedir a un fallecido. Los seis metros de tubos cayeron en el suelo una parte y encima de los bancos otra. La Consejería de Medio Ambiente y su Viceconsejero de Servicios Operativos fueron las encargadas de devolver la normalidad a esta instalación municipal y retirar esos elementos hacia el exterior. El viceconsejero Francisco Villena ha informado a MELILLA HOY que lo más probable es que el material por el que sale al aire caliente que extrae el aire acondicionado se podrá reutilizar porque "no se ha roto" pero ha subrayado que "habrá que reforzar los anclajes" para que no vuelva a ocurrir un hecho similar. Y con ello evitar tentar a la suerte, decimos nosotros.
