A la página 2 se asoma hoy el ruego de una lectora que hace unos días, paseando por el centro, decidió tomarse un descanso en el camino disfrutando de la Plaza Menéndez Pelayo, probablemente el corazón del Triángulo Modernista de Melilla. Según relata, quería ver el ambiente a la salida de la Misa de la Patrona, pero tuvo que abandonar muy pronto la idea porque no había ni un sitio a la sombra. “Sólo en uno de los cuatro bancos daba la sombra, y sólo en un trozo que, lógicamente, estaba a rebosar. El resto de la plaza, con lo bonita que es, estaba vacía. ¿Cómo es posible que nadie haya caído en eso, teniendo una pérgola que se podría aprovechar para dar sombra al resto de bancos?”, se pregunta. Para ello, sugiere que se utilicen sombras o toldos, ya que la pérgola, por sí sola, no da ninguna sombra.
