El Salón Dorado del Palacio de la Asamblea se quedó anoche pequeño para acoger uno de los actos más solemnes del año: la entrega de las Medallas de Oro, que este año han reconocido la entrega de la Comandancia General de Melilla (Comgemel) y el Cuerpo de Bomberos. Una dedicación histórica al servicio del Pueblo de Melilla, de décadas e incluso siglos, que ahora ha sido premiada con la máxima distinción que conceden sus representantes desde la Asamblea. El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, destacó el mérito de los condecorados, especialmente por su apoyo en algunos de los “momentos críticos” que ha vivido Melilla a lo largo de su historia. Imbroda comenzó su discurso poniendo en valor la “vocación y espíritu de servicio cuando la ocasión lo requiere” que ha venido demostrando el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) desde su fundación entre 1909 y 1910. Desde entonces, el Cuerpo de Bomberos acumula una “brillante hoja de servicios” gracias al trabajo de los “grandes profesionales” que lo conforman, que “dan lo mejor de sí mismos” siempre en los peores momentos, tanto aquí como al otro lado de la valla cuando han sido requeridos para ofrecer su ayuda.
El presidente melillense hizo especial mención a la labor de los Bomberos tras el terremoto del pasado 25 de enero, día en que la tierra tembló en Melilla con una magnitud de 6.3 grados. “En aquellos momentos, el verlos aparecer en los distintos hogares donde se les llamaba era ver llegar la esperanza y tranquilidad a los ciudadanos”, aseguró Imbroda, que fue testigo de cómo los miembros de esta unidad de emergencias se fueron personando poco después del seísmo para atender todas las incidencias.
El mandatario local destacó el “trabajo rápido, eficaz y duro” que hicieron los Bomberos en aquellos “momentos críticos”, además del que llevaron a cabo los distintos técnicos y empleados de otras consejerías, especialmente Fomento y Bienestar Social. Y aunque “no hubo que lamentar daños mayores, ahí queda una vez más la voluntad de la entrega de estos grandes profesionales”, dijo Imbroda, que tuvo palabras de recuerdo para dos bomberos fallecidos en acto de servicio en el trágico incendio de la Ferretería Cabanillas el 3 de mayo de 1944, Pedro Pérez Torregrosa y Miguel Lirola Simón.
“Los melillenses podemos estar tranquilos y orgullosos con poseer a este excelente Cuerpo de Bomberos”, aseguró el presidente de la Ciudad Autónoma, quien anunció además la ampliación de su plantilla, formada por 82 efectivos, con la creación de diez nuevas plazas que saldrán a oposición libre el año que viene.
“Un servicio eficaz, siempre alerta y dispuesto”
“Son muy necesarias”, afirmó al término del acto María José Marcos, la jefa de Bomberos, que fue la encargada de recoger la Medalla de Oro en nombre de los miembros del Cuerpo, muchos de ellos presentes ayer en el Salón Dorado. Marcos fue en el estrado la voz de todos sus compañeros haciendo constar el “agradecimiento incondicional” por esta Medalla de Oro. “Esperamos que sirva para inspirarnos y seguir trabajando para un futuro mejor”, afirmó.
Marcos también destacó que esta distinción supone “un reconocimiento a una labor diaria continuada desde hace más de 100 años”, en los que los Bomberos han evolucionado gracias a los “grandes sacrificios, el esfuerzo y la dedicación de personas pioneras” que han ayudado a este Cuerpo a convertirse en lo que es hoy: “un servicio eficaz, siempre alerta y dispuesto, como se ha podido comprobar”.
“Nosotros hemos querido dar todo lo mejor que podemos hacer, trabajando incondicionalmente intentando cubrir las necesidades de los melillenses, y trasladando un sentimiento de seguridad y control”, apuntó Marcos en su discurso breve pero muy sentido que arrancó muchos aplausos.
Más tarde, ya ante la prensa, lo complementó dando las gracias al presidente Imbroda por sus palabras, reconociendo que los Bomberos hacen un trabajo “silencioso y constante de formación” que les permite demostrar en los momentos más complejos que están preparados para afrontarlos. El objetivo ahora, dijo, es poder potenciar el Cuerpo con la entrada de más gente joven “para que el futuro sea mejor, que miremos para atrás con nostalgia y al futuro con alegría”.
Medalla de Oro para la Comgemel
La otra Medalla de Oro, para la Comandancia General de Melilla, también tuvo una parte emotiva no sólo por los discursos de Imbroda y el jefe de la institución militar, el general Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu. También por la sola presencia de tres de sus predecesores al frente de la Comgemel: Evaristo Muñoz Manero, César Muro Benayas y Jorge Ortega, a quienes Imbroda agradeció su asistencia nada más arrancar a hablar desde el estrado.
“Hablar de la Comandancia General de Melilla es hablar de una parte muy importante de la historia de la ciudad y de España”, afirmó Imbroda, que quiso centrar su discurso en las relaciones de la institución militar con la sociedad melillense “y su magnífica aportación al progreso de la misma”.
El presidente, que destacó el “alto grado de preparación intelectual y formación” de las diferentes unidades del Ejército, así como los “excelentes resultados” que obtienen siempre “allí donde se les mande”, expresó su “recuerdo agradecido” de la disposición que han mantenido los diferentes generales que han dirigido la Comgemel durante su “ya larga Presidencia” de Melilla.
El dirigente melillense destacó las diferentes actuaciones que han contado con la colaboración de la Comandancia General para el desarrollo de la vida económica, cultural, social y deportiva de Melilla, así como “sus decisivos e importantes apoyos” en momentos delicados relacionados con la inmigración, con su ayuda a un “desbordado” CETI o el “apoyo de control del perímetro fronterizo en situaciones graves”. También en las diferentes catástrofes que ha vivido Melilla en su historia, como los accidentes aéreos, la rotura de los depósitos de Cabrerizas o las graves inundaciones.
“Sabemos que estáis ahí, a nuestro lado para lo que hiciera falta, por el bien de la sociedad melillense, de Melilla. O sea, por el bien de España”, afirmó el mandatario local, convencido de que esta ciudad “no se entiende sin vuestra presencia aquí, en la Frontera Sur de España”.
Por todo ello, aseveró que la concesión de la Medalla de Oro es un “muy justo reconocimiento” por parte la Asamblea regional, “aunque tardío”, dado que ya tienen esta distinción otras unidades militares y varios de sus efectivos. Y como ya hiciera en el caso de los Bomberos, Imbroda también tuvo un “emocionado recuerdo de homenaje y agradecimiento a todos aquellos que, dependientes de esta Comgemel, dieron su vida para defender Melilla”.
“Profundamente enamorados de nuestro pueblo”
El comandante general, tras recoger minutos antes la Medalla de Oro para la institución que dirige desde 2014, ofreció un discurso cargado de emotividad que cerró con una auténtica declaración de amor y gratitud: “Desde lo más hondo de nuestro corazón de soldados, profundamente enamorados de nuestro pueblo, muchísimas gracias Melilla”, afirmó la principal autoridad militar de la ciudad.
Según dijo el general, esta Medalla de Oro representa para la Comgemel “lo más preciado” a lo que pueden aspirar sus integrantes, “como es el afecto y el apoyo del Pueblo de Melilla”. “Su seguridad y bienestar constituyen el centro de nuestra misión y, por lo tanto, de nuestros desvelos y de nuestra actividad profesional”, agregó el general, que incidió en expresar su “profundo sentimiento de abrumada gratitud”.
Gutiérrez Díaz de Otazu aprovechó su alocución para “evocar las siempre estrechas relaciones de convivencia y apoyo mutuo que han existido y existen entre la ciudadanía de Melilla y sus militares”. También “las siempre abiertas vías de comunicación entre las Fuerzas Armadas en Melilla y la ciudad en la cual servimos y a la que nos sentimos emotivamente vinculados”. Hasta tal punto, que aseguró con rotundidad: “No conozco un ejemplo semejante de compatibilidad y cercanía entre las Fuerzas Armadas y el Pueblo español al que sirven, del que se nutren y del que forman parte, como el que brinda Melilla con una maravillosa y cotidiana naturalidad”.
El comandante general hizo extensivo a la Armada y el Ejército del Aire el reconocimiento de la Medalla de Oro que se hace a la Comgemel desde “este españolísimo rincón de nuestra Patria que representa la adorable ciudad de Melilla”. Y aseguró que esta máxima distinción debe servir a la institución militar como “impulso y acicate para mantenernos, sin vacilaciones, en este proyecto común de progreso y avance en el mejor interés de los españoles y más concretamente en el de los melillenses”.
La música, a cargo de la Agrupación de la Banda, Orquesta y Coro ‘Ciudad de Melilla’, cerró el acto con la interpretación de ‘Los nocturnos de la ventana’, de Federico García Lorca, y del himno de nuestra ciudad.
