Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Sin fechas para abrazar de nuevo al pequeño de 3 años

melillahoy.cibeles.net fotos 1707 argelinos

Bienestar Social deniega la petición de visitas a la madre argelina. La mujer, que todavía desconoce el fallo, ayer confiaba en volver a abrazar a su hijo muy pronto. Según el responsable de la Consejería, Daniel Ventura, no podrá verse con el menor hasta que los resultados de la prueba de ADN acrediten el parentesco. La madre afirma que cuenta con el certificado de nacimiento del niño del país de origen. Hizia permanece a la espera de una respuesta. Sigue pensando a cada rato en su pequeño de tres años, pero dice que se encuentra «un poco más tranquila». Ha conseguido recuperar algo de apetito después de una semana sin apenas probar bocado. La mujer, embarazada de tres meses, no sabe que le esperan malas noticias: la Consejería de Bienestar Social ha rechazado su petición de visitas para ver al menor, que permanece en la Gota de Leche. Por lo pronto, no podrá volver a abrazarlo hasta que los resultados de la prueba de ADN acrediten el parentesco.
La mujer aún desconoce la decisión tomada por el equipo técnico de la Consejería. Ayer todavía pensaba que le aprobarían la solicitud y que, en muy poco tiempo, podría encontrarse con su pequeño. Asegura que está deseando que esto ocurra para llenarlo de besos. Pero el reencuentro se retrasa hasta nuevo aviso. Según indica el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, los resultados de las pruebas de ADN podrían llegar a tardar un mes “como mucho”. Toda una eternidad para la madre y el niño.
«Esta mujer dice que el menor es su hijo, pero no aporta ninguna documentación», justifica Ventura. Según garantiza, la decisión de rechazar el régimen de visitas se ha tomado para que prime el interés del menor. En este sentido, explica que no sería la primera vez que una persona cruza la frontera con un menor que no es su hijo. «No podemos arriesgarnos a que el niño desaparezca con alguien que no es su madre», incide.

Partida de nacimiento
Al preguntarle si cuenta con algún documento que confirme que es la madre del niño, Hizia rápidamente rebusca entre los papeles que guarda en su bolso. Finalmente, da con lo que está buscando y saca un documento. Está plegado y arrugado. Su contenido está escrito en árabe. Ella afirma que es el certificado de nacimiento de su pequeño, obtenido en Argelia. Asegura que en él constan ella y su marido como los padres del menor.
«Le niegan las visitas porque dicen que no tiene documentos que acrediten que es su hijo y que cumplan la ley. Las dos cosas son mentira», sostiene el fundador de la asociación Pro Derechos de la Infancia (PRODEIN), José Palazón. Según pone de manifiesto, la Consejería de Bienestar Social «no tiene ni el más mínimo interés» en terminar con la dolorosa separación de la mujer y el niño. Prueba de ello, continúa diciendo, es que no ha tenido en cuenta la presunta partida de nacimiento. «Lo único que hace es esquivar el golpe. Sabe que la mujer tiene el certificado porque se ha hecho público», sentencia.

El padre llega a Melilla
La mujer se llevó una sorpresa cuando ayer se reencontró con su marido en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), después de semanas de separación. «Hace una hora que ha llegado a Melilla», dice. En el breve tiempo que compartieron antes de hablar con este diario, Hizia le explicó cómo le quitaron a su hijo al llegar a la ciudad, que el niño permanece desde entonces en el centro asistencial Gota de Leche y que había solicitado la petición de visitas. El hombre, que recibió con inquietud las noticias, pretendía esperar hasta hoy para ir a buscarlo. «Estoy preocupada por mi hijo, pero con la llegada de mi marido me siento más arropada», compartió la madre.

Orden de expulsión
Según apunta el responsable de la Consejería de Bienestar Social, sobre Hizia recae una orden de expulsión por cruzar la frontera utilizando un pasaporte marroquí falsificado. “Si en los resultados de las pruebas de ADN sale que ella es la madre, se le aplicará la orden y se irá con el niño”, adelanta.
No obstante, Palazón aclara que “todos los inmigrantes del CETI tienen una orden de expulsión”, independientemente de cómo se produzca la entrada a la ciudad.
La mujer argelina pasó sus dos primeras noches en Melilla en el calabozo. La siguiente noche, en la calle. A la cuarta consiguió que la admitieran en el CETI, donde reside desde entonces. La madre, que huyó con su hijo de la miseria en la que vivía en Orán (Argelia), no imaginaba la pesadilla que estaba a punto de comenzar en la Europa de las esperanzas.

Loading

Irene Quirante

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€