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“Solo pedimos un minuto con nuestro hijo para decirle que no tenga miedo”

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El padre del menor argelino de tres años llegó este miércoles a Melilla. Su nombre es Toula. El hombre, que venía impaciente por encontrarse con su hijo, se encontró con la dolorosa e inesperada sorpresa de que no podrá hacerlo hasta los resultados de la prueba de ADN. Él y la madre tienen miedo de que se quieran “quedar con nuestro hijo”. Según dicen, sólo piden un minuto para explicarle que no le han abandonado. Por su parte, el consejero de Bienestar Social afirma que ha pedido celeridad para conocer cuanto antes los resultados y terminar con esta situación.

Toula lleva dos semanas sin ver a su hijo de tres años. El padre del menor argelino llegó este miércoles a Melilla. Cruzó la frontera de Beni Enzar sin que nadie reparase en él. «Estaba deseando abrazar a mi mujer y a mi hijo. Me fui de Marruecos porque no aguantaba sin ellos», relata a este diario. Después de once días se reencontró con su esposa en las inmediaciones del Centro de Estancia Temporal de Extranjeros (CETI). Nada más verla se dio cuenta de que el pequeño no estaba al lado de la madre.
«Cuando me contó que se habían llevado a nuestro hijo fue muy doloroso. Es lo peor que le puede pasar a unos padres» sentencia el hombre. Con los ojos enrojecidos y las ojeras clavadas en la piel, reconoce que no ha dejado de llorar desde entonces. «No podemos dormir porque estamos muy preocupados. No sabemos si se quieren quedar con nuestro hijo. Ojalá que no», musita sin poder contener la emoción.

Permiso de visita denegado
Su mujer, Hizia, todavía no ha recibido ninguna notificación de Bienestar Social. Los padres no saben que el permiso de visitas para ver al menor ha sido denegado. Lo único que esperan es poder llenarle de besos muy pronto.
«Si al menos nos dejasen un minuto con nuestro hijo para decirle que no pasa nada, que no lo hemos abandonado, que no tenga miedo…», suplica Toula apenado. Por lo pronto, no podrán volver a abrazarlo hasta que los resultados de la prueba de ADN acrediten el parentesco. Ellos no pierden la esperanza y acuden cada día a la Gota de Leche, donde permanece el pequeño de tres años desde el pasado día 10.

«Queríamos protegerlo»
Según explica el padre, no resultó nada fácil tomar la decisión de dejar atrás Argelia, el país de origen de esta familia. «Lo hicimos porque queríamos proteger a nuestros hijos», asegura. «Allí hay personas muy malas, mafias. Me han atacado varias veces», dice mientras se señala una cicatriz que tiene en la pierna. «La policía de allí no hacía nada para protegernos, nos respondía que lo solucionemos por nuestra cuenta. Teníamos miedo de que nos pasara algo», añade.
Ni él ni su mujer imaginaban lo que les esperaba en la Europa soñada. «Necesitamos que nos devuelvan ya a nuestro niño. Mi mujer está embarazada y lo está pasando muy mal. Sólo soñamos con besarle y jugar con él», ruega Toula.

Ventura pide celeridad en las pruebas

El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, aseguró ayer a este diario que se había puesto en contacto con la Universidad de Granada para intentar acelerar el proceso de la prueba de ADN. “Entendemos que si son los padres lo deben estar pasando mal. Por eso hemos pedido a la UGR que, por favor, le den prioridad para saber cuanto antes los resultados”, afirmó el responsable de la Consejería. En relación a la denegación de la petición de visitas de Hizia para ver al menor, Ventura aclaró que “no hay nada que reconsiderar”. En este sentido, subrayó que “a pesar de las presiones” que pueda recibir por parte de organismos como Save The Children, Amnistía Internacional, el Defensor del Pueblo nacional o Pro Derechos de la Infancia (Prodein), el equipo técnico de Bienestar Social había adoptado esa medida “en base a lo que marcan las leyes”.

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Irene Quirante

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