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Daniel Ventura apela al "sentido común" de Marruecos para que acepte repatriar a sus menores

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El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, apeló ayer "al sentido común de Marruecos" para que posibilite la repatriación de los menores extranjeros no acompañados que acoge Melilla y que en un 94% "son súbditos marroquíes". Se instará al próximo gobierno nacional a que exija el cumplimiento de los acuerdos de repatriación, al tiempo que señaló que se apelará a la Unión Europea. Entre tanto, dado que "tenemos el compromiso moral" de atender a los menores, se proyectan acciones como promover el acogimiento de niños en familias andaluzas, un programa de alfabetización impartido por alumnos de la UGR y la mejora del contrato del Centro de Purísima. Defiende el consejero de Bienestar Social que la repatriación de los menores extranjeros no acompañados, en especial los de origen marroquí, que son la mayoría, sería la solución a la saturación que padece Melilla. Por ese motivo "apelamos al sentido común de Marruecos para que ponga en práctica los convenios y tratados de devolución de inmigrantes (adultos y menores)". Entiende que "es necesario" que el vecino país "empiece a hacer caso y cargo de sus hijos e impida que se escapen de sus familias o que estas planifiquen su salida hacia otro país".

Daniel Ventura respondió a los grupos de la oposición que animan a la Ciudad Autónoma a devolver las competencias de menores al Estado si se siente incapaz de atender el problema y les dijo que "si la solución pasa por devolver las competencias, lo haría, pero me temo que nadie puede garantizar que el problema de la presión migratoria y el número de menores atendidos cambie".

Repatriación y acogida
A la espera de una reacción de las autoridades alauitas que no se produce, señaló que a través de ongs marroquíes, Melilla está realizando una campaña de "sensibilización en Marruecos para que las familias" no abandonen a sus hijos. Asimismo la Ciudad Autónoma va a solicitar a la Unión Europea "que tome cartas en el asunto y se busque la forma de trabajar en origen". También anunció que cuando se constituya el próximo Gobierno central, Melilla demandará que o bien exijan a las autoridades del país vecino la reintegración de sus menores o el reparto de los menores acogidos en la ciudad en distintas comunidades autónomas.

Indicó que la Ciudad ya trabaja el tema del acogimiento con familias peninsulares. Para ello se están manteniendo contactos con la Junta de Andalucía. La idea sería que se acogieran a menores de entre 0 y 10 años para que puedan "desarrollarse en un entorno familiar y no en un centro".

Formación
Señaló que la Consejería, a pesar del volumen de acogidos, quiere reforzar las acciones de formación de los menores para que "cuando salgan al mercado laboral se puedan integrar, contando con las aptitudes laborales y las personales que son útiles para la convivencia y la vida en sociedad". En este sentido dijo que están confeccionando un convenio con la Universidad de Granada (UGR) para que jóvenes que se gradúen en Educación, puedan realizar prácticas desarrollando un taller de alfabetización y nuevas tecnologías con menores acogidos. Para ello se pretende acondicionar un aula de la Granja Gloria Fuertes.

Asimismo, se están planificando nuevos talleres de formación profesional, a desarrollar en las instalaciones del Monte María Cristina con la participación de menores acogidos y jóvenes que cumplen medidas judiciales. Serían cursos para unos 70 u 80 participantes, de carpintería, pintura, soldadura y alfabetización, resolución de conflictos y habilidades sociales.

Purísima
Indicó Ventura que fruto del incremento paulatino de menores extranjeros que viene experimentando Melilla en el último año, ha sido preciso ir adaptando distintos espacios en el centro Purísima como aulas y almacenes como dormitorios y comedores. De hecho se tiene proyectado crear nuevos aseos. La razón es que aunque su capacidad es de 180, hace menos de un mes que la cifra alcanzó los 370 residentes. Ayer eran 317 los residentes.

Aunque se ha podido ir reforzando la plantilla con algunas contrataciones, se hace necesario solucionar este asunto. Por este motivo en el nuevo pliego del concurso para la explotación del centro, se incluirá un aumento de la plantilla en función del número de residentes y es que señaló el consejero que aunque lo fácil sería "cerrar las puertas" del centro e impedir nuevas entradas, Melilla está en la obligación "moral y ética, de atender a los menores, ya sean 370 o 500". Aún así, manifestó que por el volumen de acogidos, la atención que se presta en el centro "es la adecuada" a las necesidades de los menores, "pero no la ideal".

La inmigración de menores
Explicó el consejero de Bienestar Social, que desde agosto del pasado año, con la entrada en vigor de los cambios introducidos en la Ley del Menor, se ha venido constatando un "aumento constante" del número de menores extranjeros no acompañados que ha llegado a la ciudad. En estos momentos en protección se atienden a 466 menores, el 6% son españoles, y 317 de ese total viven en el centro de Purísima. Más del 90% son de origen marroquí (norte y sur), aunque también en este tiempo han entrado jóvenes sirios y subsaharianos.

La situación geográfica de Melilla manteniendo frontera con una de las zonas más deprimidas de Marruecos "justifica la presión migratoria" (tanto de adultos como de jóvenes y niños) que buscan utilizar la ciudad bien como "trampolín para llegar a la península" o como vehículo, en el caso de los menores, desde el que "conseguir la documentación que les permita residir legalmente y llevar a cabo una reagrupación familiar".

Perfiles
Sobre los menores afirmó que existen tres perfiles diferentes. Uno es el de los 'niños de la calle', un grupo de entre 30 y 40 menores y jóvenes adultos con problemas de adicción la mayoría, que rechaza las normas y estar en un centro, que buscan viajar como polizones en busca del primer mundo.

Otro perfil es el de jóvenes que llegan solos o acompañados de padres y hermanos, con su documentación en regla, que cruzan la frontera y "vienen con la idea de quedarse en el centro de protección buscando una vida mejor". Otro es el de jóvenes que se hacen pasar por menores y conseguir documentación, y que para evitar las pruebas de edad, protagonizan "constantes altas y bajas en el centro".

“No hay ongs que critiquen el abandono de niños marroquíes por sus familias”
Denunció el consejero que en la mayoría de los casos, son las propias familias las que promueven que el menor se convierta en inmigrante, aunque "mantienen contacto con ellos" e incluso los visitan cuando cometen algún delito. Pero esta acción de los progenitores provoca "perjuicios psicológicos y sociales" en los menores, porque "como desean estar con sus familias, están tristes y deprimidos y cuesta que se adapten al centro".

Se lamentó de que no haber dado con alguna ong o entidad que trabaje con menores que no aborde este tema del abandono de los padres ni que "intente resolver estos problemas que presentan los menores, ni que intenten trabajar en el país de origen para resolver" este asunto. Manifestó el consejero que es "desafortunado y lamentable que menores marroquíes, hijos de marroquíes, súbditos de Marruecos, sean abandonados e ignorados por su país, bajo la atenta mirada" de alguna ong local e internacional que "permanece muda ante esta situación y que se limita a trabajar no en el país de origen, sino cómodamente desde terrazas, que se declaran únicos representantes de la sensibilidad, que abanderan la solidaridad y la tolerancia, las que lo hacen todo bien y no se equivocan, y que consideran que el resto somos unos insensibles sin corazón". Ventura, al respecto, defendió el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el personal de la Consejería y afirmó en entre ellos también hay personas "con tanto corazón o más que esas ong".

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Jesús Andújar

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