Si escribimos una novela y a una editorial le interesa publicarla, evidentemente que nos llevaremos una grata sorpresa. Nuestra autoestima subirá mucho de nivel y estaríamos dispuestos a firmar lo que sea, en tal de convertirnos en novelistas estándar. Sin embargo, después de ver nuestra obra en los escaparates de las librerías dos o tres meses, nuestros ojos se acostumbrarían a ello y llegarían momentos de reflexión que nos deprimirían.
Veremos que el vendedor de libros ganará por cada una de nuestras obras vendidas un porcentaje del 30% del precio de venta al público, que el distribuidor se llevará el mismo tanto por ciento y la editorial, exenta de los gastos de impresión ídem de lo mismo, dejando para el creador de la obra un margen de beneficios entre el cinco y el diez por ciento… Es decir, creamos algo para que otros ganen dinero con nuestro trabajo. Ésta es la historia real de lo que implica la publicación impresa en papel.
No obstante, si quisiésemos publicar en edición digital, las editoriales, le darán al autor un margen de beneficios entre el 50 y el 30%, dependiendo de la entidad… Cobrar menos en calidad de regalías por una edición Digital, sería un verdadero despropósito. Si además de esto, sabemos que publicar en librerías digitales implica estar en el stand de casi todo el planeta… ¿Dónde va a quedar el papel, cuando las personas que ahora tienen 35 años tengan más de 65? … Las ventajas para la salud visual de un libro digital con tinta electrónica, además de la gran comodidad de poder ajustar a gusto del lector el tamaño de las letras, el disponer de una iluminación independiente y tener un tamaño estándar que sujeten nuestras manos al leer es muy superior al libro impreso en papel… El precio de la obra digital es inferior, muy inferior, casi más de la mitad… Ni que decir tiene de los beneficios ecológicos en materia de explotación de árboles….
Pienso que si somos conscientes de ello, serán muy pocos escritores quienes se incorporen al mundo impreso, excepto quienes ya participen de él… Como dijo Bob Dylan hace bastante tiempo: «Los tiempos están cambiando».
