La sensación que existe entre la ciudadanía es diferente la expresada en los datos fríos del Ministerio del Interior, que nadie pone en duda pero que, es obvio, no tranquilizan a quienes sufren en primera persona cualquier acto vandálico o delincuencia común
Melilla celebró este lunes el "Día de la Policía" con motivo del Patrón de este cuerpo, Ángeles Custodios, una celebración que ha venido precedida de una semana intensa en cuanto a temas de seguridad ciudadana se refiere. Primero la agresión sufrida por un vehículo policial el domingo 25 de septiembre en la Cañada de Hidum, con robo de escopeta policial incluida y el destrozo total de dicho zeta tras ser recibidos a pedradas por desconocidos que aún no han sido detenidos, y las consiguientes macrooperaciones realizadas el jueves y viernes 29 y 30 de septiembre respectivamente, con la incautación de numerosos materiales, algunos procedentes de robos como el sufrido en un furgoneta de la Unidad de Intervención Policial (UIP) estacionada e incluso una herramienta de unos electricistas que fueron atacados por un hombre con un katana en la carretera que conduce la Cañada de Hidum con los Pinares en el año 2013, así como numerosas identificaciones. Una semana en la que igualmente se detuvo en nuestra ciudad a un presunto terrorista en este barrio.
Su Asociación de Vecinos ha pedido que no se criminalice a la Cañada de Hidum y ha querido diferenciarse de estos hechos vandálicos, recordando que ellos son los primeros perjudicados cuando sucesos así ocurren, como quedarse durante semanas sin autobús público o restricciones a la hora de recibir las visitas de otros servicios públicos como paquetes de Correos o giros económicos. A todo esto se unía una concentración celebrada la tarde-noche del viernes frente a la Delegación del Gobierno convocada por las redes sociales, que fue secundada por más de medio millar de personas según manifestantes y entre 350 y 400 según fuentes policiales, en la que se reivindicaba "Una Melilla más segura" al denunciar la inseguridad que, juicio de los convocantes, se produce en nuestra ciudad de un tiempo a esta parte.
Sin embargo, esta sensación no es la que traslucen de los resultados de las estadísticas sobre criminalidad que realiza el Ministerio del Interior porque, según dijo ayer el delegado del Gobierno en Melilla Abdelmalik El Barkani, se ha producido una reducción del seis por ciento en dicha tasa desde 2011.
Sin embargo, y como sabe el propio representante gubernamental y cualquier agente del orden, para el ciudadano que sufre un robo o una agresión, esos números no le dicen nada y lo único que ve es el acto de delincuencia del que ha sido objeto.
El delegado del Gobierno, no obstante, ha asegurado que esos buenos datos en lo que a tasas de criminalidad se refiere, no hacen bajar la guardia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que trabaja por mejorar los medios de quienes componen dichos cuerpos, para luchar mejor no sólo contra la delincuencia, sino también contra el terrorismo, el crimen organizado o los ciberdelitos.
Así lo esperamos y deseamos, porque a ver si así se acaban con algunos hechos que crean la lógica alarma, para que los melillenses puedan caminar con seguridad por las calles de nuestra ciudad, sin temor a ser objeto de robos u otras acciones similares como las que han dado pie a la concentración del pasado viernes y que tanto éxito obtuvo de convocatoria. Porque la sensación que existe entre la ciudadanía es diferente a la expresada en los datos fríos del Ministerio del Interior, que nadie pone en duda pero que, es obvio, no tranquilizan a quienes sufren en primera persona cualquier acto vandálico o delincuencia común.
