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La columna de Salido

Leer, opinar y comentar libremente (VIII)

melillahoy.cibeles.net fotos 1721 Antonio Salido

Si tengo que ser sincero, ahora mismo no recuerdo bien, si con este título he escrito ya "VIII veces o bien XXC". ¿Qué más da? Lo he dicho ya otras muchas veces, siempre que abro mi ordenador y mi correo, lo primero que busco, es si me han llegado las páginas de Melilla Hoy. Disfruto mucho con su lectura por diferentes motivos, también en ocasiones me cabreo,… … siento vergüenza ajena y en otras me alegro mucho de los éxitos del deporte y deportistas melillenses. Luego buscaré el calendario competitivo del equipo de baloncesto y del de Voleibol, son los únicos que compiten en Castellón. De este equipo he lucido muchos días de este verano la camiseta que me regaló en el Pabellón Pablo Herrera del Grao de Castellón, su entrenador, el bueno de Salim Abdelkader.

Siempre me fijo mucho cuando salen fotos de diversos lugares y tengo que reconocer el gran cambio de la Ciudad desde los años 50 y 60 que yo deambulaba por allí a la situación actual, quizás, lo que mayormente guarda la fisonomía anterior, sea Melilla la Vieja o Pueblo, nuestra Avenida de toda la vida, con la Iglesia del Sagrado Corazón donde tantos melillenses fuimos bautizados, hicimos nuestra primera comunión y luego nos casamos. Por cierto, aunque no vivo allí, apoyo la petición hace poco de una señora que reivindicaba más sombra en esa Plaza de Menéndez Pelayo ¿O eran más bancos donde poder sentarse?, lo siento, no lo recuerdo ahora muy bien, pero por si acaso, yo pido al Gobierno de Melilla ambas cosas.

Mirad que son desgraciados, salvajes y "presuntos homicidas" esos tipejos que atacaron con hacha, cuchillo y macheta a unos ciclistas melillenses. Flaco favor hacen al turismo en Marruecos y muy especialmente a la zona cercana a Melilla. Eso es una salvajada de cafres sin escrúpulo y si los mandos policiales alauitas se desentienden, ya tarda el Gobierno español en pedir responsabilidades al Gobierno marroquí y exigir mayor protección en esas zonas quizás desprotegidas. Diciendo esto, recordemos una vez más el deplorable comportamiento y dejación en el caso de los asesinatos de los melillense Emin y Pisly tanto de un gobierno como del otro. Seguro que muchos ciclistas se lo estarán pensando ahora si hacer ese recorrido o no por el riesgo que supone.

Como a mi me gusta escribir recordando cosas de aquellos tiempos añorados de nuestra Melilla, cuando leo que otros lo hacen, me regocijo con ello, echo la vista y sobre todo el recuerdo atrás y rejuvenezco, sí así de claro, me transportan en el tiempo atrás, a mi niñez. Aquellos recuerdos y tan bien descritos por muy buenos colaboradores de M.H. como los otros días recordando aquellos panecillos de aquellas matas autóctonas que yo también comía. Le tengo que decir al bueno de Juan que a mí si que me gustaba aquella leche en polvo y muy especialmente cuando era precisamente polvo, metía el dedo algo humedecido en esas bolsas aprovechando algún descuido y luego me chupaba el dedo, empalagosa se me quedaba toda la boca. También me gustaba aquel queso americano y la mantequilla en otras ocasiones, tengo que reconocer, que del estómago/barriga (así decíamos) nunca he padecido por suerte para mí, que he sido siempre "buen tragón", y claro, en casa en aquellos años el queso y la leche "qué pocas veces", y no te digo "una loncha de jamón".

Ya puestos a recordar y como aún hace "caloret" (versión de Rita Barberá), era todo un lujo tomarnos un refresco de aquellos "carrillos casi todos blancos" que merodeaban especialmente por las mañanas por los alrededores de La Plaza o Mercado Central, a mi me gustaba el de limón, a otros de fresa o bien una horchata, todo servido en aquellos vasitos de plástico blancos, y que los heladeros/as nos servían y costaban "por 2 o 3 perras gorda, o dos reales".

Aquellos cambios de novelas en el carrillo de Manolo, primero en calle Margallo y después en un local, al lado del Bar Andalucía, creo recordar que era calle Málaga subiendo para Padre Lerchundi. A mi tía Ani le cambiaba las de Corín Tellado y a mi tío Antonio las del oeste de Marcial Lafuente Estefanía, sí, aquel pistolero que de un tiro mataba a tres a la vez y sacaba más rápido que nadie, alguna propinilla me caía por esos cambios. También me daban alguna propina, yo era muy servicial, cuando Antonia y mi tía Victoria (d.e.p. ambas) me mandaban con una lata a coger tierra de asperón del monte cercano, con ello limpiaban los cubiertos de metal, yo encantado con el servicio y la propina, solían ser muy generosas con el chinorri Antoñín.

Como hay que tratar de ser comedido escribiendo, aquí lo dejo amenazando con continuar. Termino expresando desprecio a quienes hacen el mal a sabiendas o sin saber el daño que pueden producir.

Terminando de escribir esto, leo hoy día 21 que las autoridades del País vecino se están comportando bien en el caso de la denuncia de los ciclistas y con la colaboración del cónsul. No obstante, al parecer, con el periodista y el cura, hermanos Blasco, la cosa es muy diferente e incluso, muy injusta y eso que en esta ocasión al parecer solo efectuaban una visita y sin cámara, y es que hay cosas que "presuntamente a las autoridades de ambos lados no les gusta que se conozcan". Eso es un ataque frontal y censura clara y dura contra la labor y el deber periodístico de información libre.

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