El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, acudió ayer, un año más, a los actos conmemorativos de la Fiesta Nacional en Madrid. El mandatario local se mostró “orgulloso” de haber podido presenciar primero el desfile militar, este año sin participación de unidades melillenses, y asistir después a la recepción de los Reyes. A su juicio, en esta celebración «siempre hay que estar» porque representa la festividad que une a todos los españoles en un proyecto común, el de la construcción de España. Imbroda hizo esta valoración tras asistir en representación de todos los melillenses a los actos del 12 de octubre, en los que también estuvo el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani. La celebración de la Fiesta Nacional de este año estuvo marcada por ser la primera con el Gobierno en funciones y la lluvia que cayó sobre la capital madrileña.
Pese a todo, Imbroda estuvo en primera fila junto a los otros 14 presidentes autonómicos que acudieron a los actos del 12 de octubre para saludar a los Reyes, a la Princesa de Asturias y a la Infanta Sofía instantes antes de que comenzara el desfile en la Plaza de Neptuno. Este acto también contó con la presencia de las principales autoridades del Estado.
El presidente melillense lamentó que la lluvia «empañara» la parada militar, hasta el punto de que algunos de los helicópteros y aviones del Ejército del Aire se tuvieron que quedar en tierra. En cambio, sí pudieron participar en el desfile terrestre más de 3.500 soldados, ninguno de unidades de la Comandancia General de Melilla, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado.
Hay que recordar que en 2015, además del Grupo de Regulares número 52 de Melilla, también participaron por primera vez soldados de la Compañía de Mar. En esta ocasión, debido a que la participación de las unidades es rotatoria en la Fiesta Nacional, desfilaron por las calles de Madrid los Regulares de Ceuta, que fueron de los más aplaudidos, al igual que los legionarios, del Tercio de Ronda.
Imbroda destacó la «marcialidad» de los soldados que participaron en la parada militar, y la «calurosa recepción» que el Pueblo de Madrid ofreció a todos ellos, a pesar del mal tiempo, muchos de ellos ondeando banderas nacionales.
Tras el desfile, Imbroda acudió a la recepción oficial y besamanos que Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron en el Palacio Real a las más altas autoridades del Estado.
