Un día otoñal recibió ayer el crucero más grande atracado hasta el momento en Melilla. Un barco de Fred Olsen Cruise con 1.800 pasajeros, de los que 500 habían contratado ocho autobuses para realizar excursiones por la ciudad organizadas por un operador melillense.
El responsable del área de Turismo, Javier Mateo, agradeció a pie de buque el apoyo de Delegación del Gobierno, Guardia Civil, Policía Local y del Puerto el refuerzo de seguridad para que todo transcurriera con la tranquilidad adecuada, ya que es uno de los factores que inciden con mayor peso en la repetición, o no, de futuros atraques de la misma línea. De hecho, el asesinato de un periodista en Argelia hace un par de años provocó la anulación de una ruta frecuente que pasaba también por Cartagena y que, al parecer, se esta recuperando porque la situación esta más controlada.
Asimismo, incidió Mateo en la importancia de estos cruceros porque nada más llegar, comienzan a pagar al Puerto su atraque, que para un barco de esta envergadura está en torno a los 12.000 euros, el consignatario y el operador local que organiza las excursiones que suelen costar entre 45 y 55 euros. También abonan la cuota del práctico y las tasas portuarias. “Con lo que, de entrada, están dejando beneficios al Puerto, a la compañía de autobuses y a los guías, al margen de lo que puedan consumir o comprar los turistas en la ciudad”.
La previsión apunta la llegada de un crucero alemán para el próximo diciembre “y esperemos que ésta naviera repita en función de los resultados que estimen de esta primera visita a Melilla”.
