Melilla no aspira a alcanzar el nivel de grandes ciudades universitarias como Granada, Salamanca, Santiago de Compostela, La Laguna o Alcalá de Henares. Pero al menos, sí a iniciar ese recorrido con los pasos que se han ido dando poco a pocos en los últimos años y que ya están dando un gran resultado a pesar del poco tiempo transcurrido. Apostar por la Educación es una apuesta ganadora, pero si encima ayuda a rodar la maquinaria económica, mejor que mejor como ya se está viendo La carrera de Fisioterapia, una de las grandes demandadas año tras año en las diferentes universidades españolas, es ya una realidad en Melilla. Casi medio centenar de alumnos cursan desde ayer esta titulación en nuestra ciudad gracias a la apuesta conjunta que ha hecho por el desarrollo universitario durante los últimos años la Ciudad Autónoma, que ha contado en este gran objetivo con la receptividad de la Universidad de Granada (UGR).
En grandes momentos como el de ayer, cuando la Facultad de Fisioterapia de la UGR en Melilla abrió al fin sus puertas, se hace preciso recordar cómo el Gobierno local lleva mucho tiempo haciendo un gran esfuerzo económico para impulsar la educación superior en esta ciudad. Primero fueron las becas universitarias, todo un hito cuando se implantaron hace ya varios años como una manera de luchar contra el abandono escolar y animar a los jóvenes melillenses a estudiar una carrera sin que el aspecto económico fuera un impedimento. Después llegaron las nuevas titulaciones, como los dobles grados de ADE + Derecho y Educación Primaria + Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Ahora hay que añadir Fisioterapia, a la que se les sumará, como ayer anunció Imbroda, más carreras a partir del próximo curso gracias a la firma inminente de un nuevo convenio con la UGR. Y no hay que olvidar los nuevos másters y el futuro centro de formación penitenciaria que albergará Melilla.
Como se preveía, la ampliación de la limitada cartera de titulaciones universitarias que se ofertaba hasta hace escasos dos años en Melilla ha tenido como consecuencia la llegada de decenas de chicos de la Península para cursar sus estudios superiores. Eso, además de las mayores opciones para nuestros propios jóvenes de poder estudiar aquí sin verse obligados a salir o a optar por los estudios a distancia, como ocurre desde siempre. Los números cantan: de los 900 alumnos que había hace poco, ahora hay alrededor de 1.600. Casi el doble.
En España hay varias ciudades que han sabido cultivar la universidad como un eje más de su economía, y ejemplos los tenemos en Granada, Salamanca, Santiago de Compostela, La Laguna o Alcalá de Henares. Esas ciudades no se conciben en la actualidad sin la marea juvenil que cada curso llena sus aulas y calles, ayudando a mover la rueda de la economía local, y el vacío que dejan en épocas vacacionales así lo demuestra. Melilla no aspira a tanto, pero al menos sí a iniciar ese recorrido con los pasos que se han ido dando poco a pocos en los últimos años y que ya están dando un gran resultado a pesar del poco tiempo transcurrido. Apostar por la Educación es una apuesta ganadora, pero si encima ayuda a rodar la maquinaria económica, mejor que mejor como ya se está viendo.
