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“La aparición de restos en la Purísima llevan más lejos el origen de la iglesia”

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Si se puede extraer una consecuencia positiva del terremoto del pasado 25 de enero es que las obras que se han tenido que realizar para afianzar la dañada Iglesia de la Purísima Concepción están sirviendo para redescubrir este templo, el más antiguo y cargado de historia de la ciudad. Al picar los muros se están descubriendo diferentes elementos que han permanecido tapados durante siglos y que, en palabras de Antonio Bravo, cronista oficial de la Ciudad, “llevan cada vez más lejos el origen de la iglesia”. En declaraciones a MELILLA HOY, Antonio Bravo subraya la importancia que tiene el hallazgo de estos restos porque, además de confirmar su sospechada existencia por documentos antiguos, también ofrecen “mucha más información sobre la ciudad” y conocerla más. Pero sobre todo, todos estos elementos que están apareciendo permiten aumentar el rico patrimonio histórico-artístico con el que ya cuenta Melilla, lo que a su vez supone “más cosas que enseñar y más atracción para que todo el mundo conozca su historia”.
Esto tiene un importante valor “siempre que podamos ir hacia atrás y podamos remontar nuestra tradición documentándola”, apunta Bravo. En el caso de los restos de la Iglesia de la Purísima “nos estamos remontando a una fecha muy antigua”, cinco siglos atrás, lo que también conlleva una dificultad en la tarea de documentar los periodos de todo lo que se está encontrando.

El arco gótico
Las obras de rehabilitación por el terremoto están permitiendo conocer los secretos que la Iglesia de la Purísima Concepción ha guardado tras sus muros y bajo el suelos durante siglos. Porque algunos de los restos que han aparecido, “muy pocos”, pertenecen a la antigua Iglesia de San Miguel, de estilo tardogótico, que fue derruida a finales del siglo XVI para construir una nueva encima.
Para ello, como explica Antonio Bravo, se reutilizaron algunas partes del antiguo templo, una de ellas un arco ojival, característico del estilo gótico, que ha aparecido ahora, más de 400 años después, tras picar una pared de la Iglesia de la Purísima Concepción.
Se trata de un arco amplio, de ladrillo, que forma parte de un muro que posteriormente fue reaprovechado para la iglesia posterior, la que conocemos actualmente como la Purísima Concepción, de finales del siglo XVI e inaugurada en 1608. “Se ve perfectamente que el arco forma parte de otro estilo, de otra época, porque la iglesia actual es del marienismo, aunque hasta no hace mucho pensábamos que era barroca”, apunta Bravo. Y destaca que el hecho de que ahora se estén encontrando elementos anteriores permite “llevar cada vez más lejos el origen de la iglesia”.
De ahí la importancia del hallazgo, además de otra realidad, y es que Melilla suma un nuevo elemento gótico para su patrimonio, el segundo después de la Capilla de Santiago, que es de 1551. El arco que se acaba de hallar probablemente corresponda a los años 1556 o 1557, según los cálculos del cronista oficial, para quien esto evidencia que, aunque es un estilo gótico tardío, “se seguía construyendo de esa manera en Melilla”.

Puertas, ventanas y las huellas del recrecimiento
Otros de los elementos que se han encontrado tras los muros de la iglesia son antiguas puertas y ventanas que han permanecido tapiadas durante siglos. Entre ellas, la antigua puerta lateral que tenía el templo, y que dejó de tener sentido cuando empezaron a construir edificios que lo rodeaban. Ahora “seguramente se va a recuperar para la obra, lo que nos permite encontrar una nueva puerta y nueva luz”.
Al hilo, Bravo destaca las diferentes huellas que fueron quedando en los muros después de la obra de gran consideración a la que fue sometida la Iglesia del Pueblo en el siglo XVIII para elevar su altura. Esto permite apreciar “lo que era la iglesia antes y luego la ampliación”, de un simple vistazo, gracias a las diferentes piedras que hay en la parte baja del muro y la superior.

Las criptas
Otro de los elementos interesantes que están apareciendo gracias a estas obras son las criptas. El cronista oficial aclara que ya se sabía que existían y, de hecho, se conocía una, ubicada en el patio, que pertenecía al cementerio antiguo que estaba en la zona. Por ahora, ésta es la única accesible, aunque requiere obras de consolidación y limpieza.
Pero la realidad es que hay más. Hasta que no se haga la investigación necesaria no se sabrá cuántas, pero podrían ser hasta cinco, ya que “se sabe que ahí está la cripta de los gobernadores, la de la Cofradía de las Ánimas, la Cofradía del Rosario y la cripta de la Dolorosa”.
El hecho de que cada cofradía tuviera la suya propia es por las diferentes formas de enterramiento que practicaba cada una. Sin embargo, el cambio de mentalidad que hubo a principios del siglo XX, con un intento de modernización de las iglesias que tenían criptas, llevó a tomar la decisión de taparlas porque se consideraba que era “algo un poco macabro”.
Aquello supuso su pérdida, pero ahora podrían recuperarse. De momento, las obras de la Purísima han permitido encontrar la bóveda de la cripta bajo el suelo. “Lo ideal es que eso se pueda poner para que todo el mundo pueda visitarla”, defiende Antonio Bravo, que está en estos momentos intentando documentar los periodos de todo lo que se está encontrando, como colaboración desinteresada con el arquitecto que lleva el proyecto, José Antonio Fernández
Bravo reconoce estar “encantado” de apoyar al arquitecto en esta tarea para intentar que el proyecto tenga la mayor información posible, ya que ha estudiado mucho sobre la Iglesia del Pueblo y analizar los hallazgos que se están dando permite conocer toda esa historia mucho más de cerca.

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Redacción

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