Se trata, como ven, de dos cuestiones muy diferentes: por un lado, el fenómeno de la inmigración irregular y por otro un hallazgo cultural de primer orden para Melilla en la Iglesia de la Purísima. En definitiva, la ciudad genera todas clases de informaciones, positivas para la imagen de la ciudad en ocasiones y negativas en otras, como la vida misma Mientras el otoño va entrando en Melilla después de una primera quincena de octubre de las más calurosas de los últimos tiempos, hasta el punto que había días de calor mejores que los que se registraron en julio o agosto, han comenzado las primeras fuertes lluvias. Un hecho que coincidió con uno los intentos de salto masivo más importantes de este 2016 cuando unos 400 inmigrantes de origen subsahariano intentaron aproximarse a la valla y de ellos 300 lo lograron. De estos, 230 fueron rechazados por las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas a uno y otro lado de la alambrada mientras unos 70 consiguieron su propósito de pasar a la ciudad española. Un hecho que ha provocado que nuevamente el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) esté por encima de los 900 acogidos cuando su capacidad óptima es de algo más de mil.
El presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, ha admitido que mientras existan las diferencias que se producen en la actualidad entre Europa y los llamados "países del tercer mundo", siempre habrá inmigración. El objetivo es hacer frente a la misma para que sea ordenada y dentro de los límites que nuestra sociedad puede absorber, para que puedan ser atendidas sus necesidades más básicas. Una política de puertas abiertas, como algunos nuevos partidos de izquierda proponen, no es posible porque los recursos de Melilla, España o Europa no son ilimitados y no atender a estas personas cómo se merece cualquier ser humano, puede derivar en problemas de seguridad, algo que saben muy bien algunas formaciones xenófobas, como las que están apareciendo en el viejo continente, para sacar rédito electoral.
Por otro lado, hoy sigue siendo noticia de actualidad en nuestro periódico la aparición de restos antiguos en la Iglesia de la Purísima Concepción, restos de la antigua Iglesia San Miguel, que corresponderían a los siglos XVI y XVII. Un hecho de una gran importancia como lo demuestra que el propio ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, tenga previsto realizar una visita a Melilla para ver en persona este hallazgo. Méndez de Vigo iba a venir este jueves pero un cambio de última hora le ha obligado a posponer esta llegada para los próximos días.
Así hay que resaltar que entre los restos aparecidos, hay arcos góticos y criptas, además de otros elementos de la antigua Iglesia de San Miguel, que fue derribada en 1549. Un terreno sobre el que se construyó la actual Iglesia de la Purísima Concepción, que está siendo objeto de unas obras como consecuencia de los daños sufridos durante el terremoto del pasado 25 de enero de 2016.
Se trata, como ven, de dos cuestiones muy diferentes: por un lado, el fenómeno de la inmigración irregular y por otro un hallazgo cultural de primer orden para Melilla. En definitiva, la ciudad genera todas clases de informaciones, positivas para la imagen de la ciudad en ocasiones y negativas en otras, como la vida misma.
