El decano aguantó hasta que al base Pedro Rivero le duraron las fuerzas. El segoviano aportó 16 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, perdiendo un solo balón. Bien es cierto que sufrió mucho ante el asfixiante marcaje ordenado por el técnico rival Arturo Álvarez, que rotó a tres hombres para defenderle. A pesar del cansancio, también contribuyó con 4 de los seis puntos que sumó su equipo en el tiempo suplementario.
El Melilla Baloncesto, uno de los favoritos de la categoría, cayó ante el Sáenz Horeca Araberri, un recién ascendido que ayer impuso su intenso ritmo. Los visitantes comenzaron sólidos, pero fueron perdiendo fuelle y se desinflaron en la prórroga. Los locales, pletóricos en el tiro exterior, impusieron su garra y su gran acierto exterior. En la prórroga, Zaid Hearst fue una pesadilla, anotando 9 de los 15 puntos de su equipo ante un rival que sólo fue capaz de sumar desde el tiro libre.
El cortocircuito visitante en la prórroga fue de órdago. El decano aguantó hasta que Pedro Rivero no pudo más. El base trató de llevar las riendas de su equipo, pero acabó asfixiado por la intensa defensa rival -hasta tres hombres se fueron relevando para secarle-. Junto a él, destacar la aportación de Oliver Arteaga -14 puntos y 11 rebotes- y Van Wijk -12 y 8-. El resto, poco o nada. Demasiado pobre el nivel ofrecido por una escuadra llamada a estar en los puestos cabeceros de la tabla.
Y eso que los melillenses empezaron con las ideas claras. En defensa, cerrar la zona y obligar al rival a tirar de fuera. En ataque, mover el balón con paciencia hasta encontrar posiciones de ventaja para tirar o buscar a los pívots. El problema es que, en frente, se encontraron un Sáenz- Horeca Araberri que también sabía como jugar sus bazas. Su premisa, muy clara: correr o morir.
Sólo el segundo cuarto
El Melilla Baloncesto tan sólo impuso su juego en el primer tramo del segundo cuarto. En el primero, trató de hacer un baloncesto ordenado, pero el acierto inicial de Papantoniou -9 puntos- mantuvo a un conjunto vitoriano sin argumentos ofensivos en la ‘pintura’. Rowley se mostró muy desacertado en ataque, pero los pívots melillenses claudicaron ante su poder de intimidación.
En el arranque del segundo, los de Alejandro Alcoba parecía que podían romper el duelo con un parcial de 2-11. En esos tres minutos, controlaron las veloces acometidas locales y cerraron muy bien el rebote, aprovechando incluso algún error del rival para buscar el contraataque. Pero nada más lejos de la realidad, ya que el Sáenz-Horeca metió una marcha más a su defensa y, anotando todo desde fuera, llegó a dar la vuelta al electrónico (36-35 en el minuto 18).
El choque permaneció con el marcador parejo hasta el tramo final. Santiago Álvarez sacó en el tercer acto a Dani Lorenzo con el objetivo de asfixiar a Pedro Rivero. Y lo consiguió. Alfredo Ott se salió del partido a base de faltas y Pablo Almazán, que en algunos momentos posteó bien en ataque, se fue poco a poco diluyendo. Jorge Sanz y ninguno de sus compañeros fueron capaces de frenar a los exteriores locales, Johnny y Hearst hacían estragos con sus unos contra uno.
El Sáenz-Horeca también fue capaz de equilibrar el rebote y pudo ganar el partido en el tiempo reglamentario. A falta de nueve décimas, con 78-76, Oliver Arteaga atrapó un rebote de oro, tras fallo en el tiro de Pablo Almazán, y anotó una canasta que condujo a la prórroga.
Desastre total
Pero los melillenses ya estaban fundidos. En el tiempo suplementario tan sólo fueron capaces de anotar desde el tiro libre, aportando Pedro Rivero cuatro de los seis puntos que su equipo sumó en el tiempo suplementario. En defensa tampoco funcionó el equipo de Alcoba, no pudiendo cortar el festival anotador de Zaid Hearst.
Arturo Álvarez: “El equipo gana mucha confianza con este triunfo”
El técnico local felicitó a sus jugadores, porque “confiaron en todo momento en lo que hacemos y se dejaron la piel”. Sobre el rival, destacó que era “muy sólido y nuestra única manera de ganar era desgastándoles y equilibrando el rebote, aprovechando las dos bajas que tenían. Jugamos muy bien en ataque y casi siempre tiramos con buenas posiciones de tiro”, aseguró.
Arturo Álvarez se marchó “muy contento”, porque “el equipo gana mucha confianza con esta victoria y sigue evolucionando físicamente. Hemos hecho nuestro partido más completo hasta el momento”.
Alejandro Alcoba: “Nos faltó hambre y ambición para ganar”
Alejandro Alcoba vio a su equipo “falto de hambre y de ambición para ganar. Ni las bajas ni nada sirven ya de excusa. Nos faltó bajar el culo, defender y hacer el trabajo sucio. Los que estamos tenemos que sacar esto adelante ya. Fue un partido muy disputado, en el que llegamos muy justos de fuerzas al final. Ellos jugaron muy bien, llevando el partido a donde querían. Su entrenador les dio mucha confianza”.
Asimismo, explicó que “en los unos contra uno, sus exteriores nos machacaron. Hearst y sus compañeros superaron siempre a su marcador y no tuvimos comunicación en las ayudas y movimientos defensivos”, recalcó el entrenador melillense.
