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Entrevista al Capitán del buque Sorolla de Trasmediterránea

Borja Badiola: “Trasmediterránea ha dado un gran salto cualitativo”

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Borja Badiola, capitán del ferry Sorolla que embarca cada día hacia Almería, cuenta a MELILLA HOY su experiencia como máximo responsable de este buque y cómo han evolucionado sus servicios, dando un "gran salto cualitativo". Badiola destacó la gran resistencia del Sorolla y el alto grado de fiabilidad que tienen las líneas de Trasmediterránea, que a pesar de tener temporadas de alta afluencia de pasajeros como la Operación Paso del Estrecho (OPE) mantiene sus rutas al cien por cien, tanto el rendimiento del buque como los servicios a bordo, redoblando esfuerzos y personal a bordo. Además, el capitán cuenta su día a día en los pasillos y el puente de mando del Sorolla, así como lo que le ha aportado a nivel personal y profesional, y es que Badiola viene de una tradición de capitanes de Trasmediterránea.

  • ¿Cuánto tiempo lleva usted con Trasmediterránea?

Empecé en 1987 como alumno y he estado toda mi vida en esta compañía. Posteriormente, en 1990 embarqué de piloto en barcos de Trasmediterránea, y tras obtener las diferentes titulaciones conseguí ejercer de tercer oficial, segundo oficial, primer oficial y capitán.

Luego tienes que ganarte la confianza de la compañía, que es lo más difícil. Para ello, he estado por las rutas como capitán primero de buques de carga, que es donde todos empezamos, y luego buques de pasaje, sobre todo en la ruta de Canarias-Cádiz.

En concreto, en Melilla estuve en 1992 cuando fue la Guerra del Golfo y también cuando aún operaban los que llamaban los 'canguros' y se celebraba el Quinto Centenario de la Ciudad. Posteriormente, me fui de nuevo a Canarias y volví cuando cambiaron en el contrato público los 'canguros', por el buque Juan J. Sister y desde ese momento, a excepción de algunos cambios de forma temporal, he estado en Melilla con los diversos buques.

  • ¿Qué ha significado para usted profesional y personalmente trabajar en Trasmediterránea?

He estado toda la vida en Trasmediterránea y mi padre fue capitán de esta compañía. Cuando era pequeño y el barco pasaba por Bilbao, los 15 días de Navidad los pasaba en el barco, por lo que cuando me metí, sabía lo que era esto y conocía las cosas duras que había visto. Y es que antes, un marino trabajaba siete u ocho meses seguidos y solo tenía un mes de vacaciones.

La vida desde aquella época no solo ha cambiado para los pasajeros sino también para los tripulantes en comodidad y rutas. La evolución en Trasmediterránea ha sido lo que más me ha marcado, sobre todo, en materia de seguridad, comodidad, control del barco y de las operaciones. Ha dado un gran salto cualitativo.

  • ¿Cuál ha sido la experiencia que más recuerda de las rutas que ha hecho con la ciudad?

A mí me gustó mucho la llegada del Juan J. Sister, y es que lo veníamos anunciando desde hace tiempo y fue un cambio cualitativo en el transporte para Melilla. Los canguros eran unos buenos buques pero estaban ya bastante trabajados, y con la llegada del Juan J. Sister, que era un ferry que hacia las conexiones península-Canarias intentábamos dar el mejor servicio; no sólo era traer el buque, también las formas de hacer las cosas.

Nos preocupábamos desde mantener el aire acondicionado a una temperatura óptima, hasta los menús preparados de forma adecuada en el restaurante y el autoservicio. Además, se trataba de buscar una cercanía también con las fuerzas de la ciudad, y dimos una copa con todos los actores representativos de Melilla, con el fin de no sólo inaugurar el buque, sino de marcar que llegaba una cosa distinta, una nueva visión de Trasmediterránea.

  • ¿Cuál sería el elemento diferenciador del Sorolla?

El salto entre el Sorolla y el Fortuny, que son gemelos, y el Juan J. Sister es sobre todo que ambos barcos son más modernos y rápidos. Este año hemos estado haciendo viaje y medio casi todo el mes de agosto y septiembre a Almería, y cuando le metes máquina se llegan en cinco horas.

Además, los espacios están sobredimensionados para la capacidad que registra este buque de 1.100 personas. Es decir, pueden ir esta cantidad y hay espacio para todos con piscina, bar en proa y en popa, además de salas VIP y butacas donde puedes ir muy cómodo. También, va sobrado de velocidad, por lo que siempre se va a cumplir la línea aunque haya un pequeño retraso en la salida.

También al respecto de los vehículos, durante la Operación Paso del Estrecho, que es cuando más camiones o vehículos llevamos a bordo, por mucho que lleguemos a la capacidad máxima, sigue sobrando espacio. Para lo que demanda la línea vamos sobrados.

Aún así, con tanto tránsito de personas nos debemos esforzar en la limpieza y la línea ha contratado mayor personal. La verdad es que me siento orgulloso del trabajo que hemos hecho todos este verano.

  • ¿Cuál ha sido el reto más difícil de superar a lo largo de su trayectoria como capitán en conexiones con la ciudad?

Es darle la calidad y la diferenciación al pasaje que se merece. Es decir, yo tengo un pasaje muy elevado de personas que van dirección Marruecos y una cantidad pequeña de pasajeros que son de Melilla.

Antes había menos espacio, y la gente apostaba en vez de pasear por el buque e ir a la cafetería, al ver tanta gente, se encerraba en su camarote. Pero ahora cada uno ya tiene su espacio e incluso hay unos camarotes preferentes que tienen un alto grado de comodidad.

  • ¿Cómo valora las infraestructuras del Puerto de Melilla? ¿Cree que la futura ampliación del Puerto podría ayudar a mejorar los servicios de Trasmediterránea?

Un puerto siempre es un generador de posibilidades y de negocio, por lo que cualquier ampliación si hay posibilidad de hacerla puede merecer la pena. A nivel de pasaje, con los atraques que hay, el Puerto de Melilla es razonable, si vienen más buques, pues será más difícil, porque no hay sitio para maniobrar dos barcos a la vez en las dársenas.

El proyecto de ampliación del puerto tiene un objetivo más de contenedores, que no es el nuestro, pero si Melilla hace una extensión en pasaje, todo lo que liberes en el puerto interno de contenedores, lo puedes dedicar a los pasajes. Más rampas y más atraques destinados al tránsito de viajeros, puede ser positivo si queremos que Melilla tenga un empuje grande en cuanto al pasaje. Aún así, asegura que ya lo está cogiendo e incluso ha absorbido parte de los pasajeros que iban por Nador.

  • ¿Por qué cree que Melilla está asumiendo cada vez más esta afluencia de pasajeros?

Porque cada vez tenemos más y mejores servicios. La competencia es buena y nos hace reforzarnos. Cada vez Trasmediterránea está más volcada en la mejora y el mantenimiento de las instalaciones y cada vez tenemos más fiabilidad. No ha habido ningún día que el barco no salga por averías.

Trasmediterránea tiene una gran fiabilidad de que el servicio se mantiene a lo largo de todo el año, y que incluso, ante muchas exigencias como con la OPE, seguimos cumpliendo horarios e incluso vamos un paso más. Hacemos no solo un viaje, sino viaje y medio y seguimos siendo puntuales y eso se debe al esfuerzo de la compañía y las tripulaciones al tener el barco muy a punto. No es un estándar normal, otras líneas cuando empiezan a doblar el barco se estropea, pero no es el caso de Trasmediterránea.

  • ¿Cómo es el día a día del capitán del Sorolla?

Lo primero es la llegada al Puerto. Si no ha habido nada por la noche, vas al puente de mandos y controlas el tráfico que vas encontrando a la llegada. Es en la parte donde más se interactúa con el resto de embarcaciones y con el personal de tierra. Además, Melilla es un caso excepcional, en tanto que el muelle tiene una soberanía compartida y se reparten la bocana.

Posteriormente, al igual que cuando se llega a Almería se revisa que se haga el desembarque de forma correcta y una vez terminado empiezas a hacer balance con todos los responsables del barco: jefe de máquinas, el primer oficial y con el responsable de atención al pasaje. En este encuentro, se revisa las cosas que haya pendientes, o se hace balance de las cuestiones que haya que mejorar.

Luego, como históricamente pasa en los barcos, se come temprano a las 12,00 horas y luego se inicia de nuevo el embarque en el que también está el capitán revisando. De nuevo, se sale a la mar y en el puente de mando van controlando los tres oficiales y se van turnando para ir ajustando los parámetros a medida que se va rumbo a Almería. Si hay niebla o se localiza una patera o cualquier tipo de incidente el capitán siempre está en el puente de mando. Si no hay incidencias, el trabajo es constante y es una carrera de maratón. Es insistir en los mismos temas cada día y estar pendientes de los detalles.

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Nerea de Tena Alvarez

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