El Ejecutivo melillense, como el del resto de autonomías, estaba esperando la conformación de un nuevo gobierno como "agua de mayo" después de más de 300 días con un Gobierno en funciones Melilla, como el resto de autonomías, estaba esperando la conformación de un nuevo gobierno como "agua de mayo" después de más de 300 días con un Ejecutivo en funciones. Incluso las gobernadas por los socialistas como demuestra el hecho de que seis de las siete autonomías gobernadas por el PSOE se mostraron en contra de una repetición de elecciones, a las que quería llevar el país su anterior líder Pedro Sánchez con su actitud bloqueo, y apostaron por la abstención como han sido los máximos responsables de Andalucía, Susana Díaz; Asturias, Javier Fernández; Guillermo Fernández Vara, de Extremadura; Emiliano García-Page, de Castilla La Mancha, y de Valencia, Ximo Puig y de Aragón, Francisco Javier Lambán, y la única excepción de la dirigente de Baleares, Francina Armengol.
Tal y como destacaban ayer tanto el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda como el portavoz del Gobierno melillense, Manuel Ángel Quevedo, la toma de posesión como presidente del Gobierno de Mariano Rajoy, que tuvo lugar ayer, permitirá normalizar la situación después de casi un año en funciones, con lo que ello supone de paralización de la actividad gubernamental.
De este modo, explicó Quevedo que en cuanto se configuren los Ministerios, una situación prevista para este próximo jueves, cuando Rajoy dé a conocer los nombres de los nuevos ministros y el viernes juren o prometan sus cargos, pedirán reuniones para resolver los temas pendientes con las distintas consejerías del Gabinete que preside Juan José Imbroda.
Ahora lo más urgente es que el Gobierno central apruebe la ley de presupuestos y todo lo relacionado con el techo de gasto, el déficit, la deuda, los ingresos a cuenta y la liquidación provisional de las cuentas de 2015.
En opinión de los dirigentes populares, esto es lo primero que Rajoy debería hacer con el objetivo de evitar el bloqueo de las cuentas de las autonomías.
La disposición y voluntad negociadora del Gobierno va a ser un factor decisivo pero tan importante como la postura del Gobierno será la de los demás grupos de Oposición y de manera especial la del PSOE. Con Ciudadanos habrá sus más y sus menos. Unas veces apoyarán y otras, como ocurre en el parlamento madrileño, harán piña con la Oposición. No obstante, el escollo principal con el que se va a encontrar Mariano Rajoy es la propia situación interna del PSOE.
En definitiva, Melilla, al igual que el resto del país, está expectante y deseando conocer quiénes ocuparán las carteras ministeriales, para empezar a tratar las cuestiones que llevan paradas mucho tiempo por el bloque institucional al que ha sometido España un Pedro Sánchez que ahora pretende resucitar tras su defenestración, en su idea de un frente común con Podemos, nacionalistas, independentistas, abertzales y todo el que se ponga por el camino, en su deseo -fallido hasta el momento- de llegar a ser algún día presidente del Gobierno.
