Los jugadores del conjunto melillense salieron en tromba, muy concentrados y con mucha intensidad defensiva. A ello se unió un gran acierto en el tiro, sobre todo desde la línea de 6,75. De este modo, los melillenses firmaron un parcial de salida de 7-0, con los puntos de Pablo Almazán, Edu Gatell y Alfredo Ott. Marcius, después de dos minutos y medio disputados, cortaba la sequía de su equipo anotando la primera canasta. El Melilla Baloncesto sumó anoche la tercera victoria de la temporada, tras derrotar a un débil Cáceres Patrimonio de la Humanidad por el resultado de 79-72, con tres excelentes primeros cuartos por parte de los locales y un último periodo en el que prácticamente desaparecieron.
Los jugadores del conjunto melillense salieron en tromba, muy concentrados y con mucha intensidad defensiva. A ello se unió un gran acierto en el tiro, sobre todo desde la línea de 6,75. De este modo, los melillenses firmaron un parcial de salida de 7-0, con los puntos de Pablo Almazán, Edu Gatell y Alfredo Ott. Marcius, después de dos minutos y medio disputados, cortaba la sequía de su equipo anotando la primera canasta.
Los locales siguieron a lo suyo, mostrando una enorme superioridad en todas las facetas del juego y con todos los componentes de la plantilla muy enchufados. De este modo, y con un inspirado Alfredo Ott (autor de 4 triples en este periodo), los de Alejandro Alcoba fueron marchándose en el electrónico hasta disponer de una máxima renta de 16 puntos (29-13), tras otra canasta de tres, esta vez conseguida por el capitán Eloy Almazán. El ‘gigantón’ cacereño, Nathanaelsson, cerró este acto con un mate (29-15).
El segundo cuarto se abrió con una canasta de Héctor Manzano, contestada con un triple de Guille Corrales. Pese a esta respuesta, los blancos pegaron otro arreón en el electrónico, ahora con Oliver Arteaga como principal referencia en ataque. El interior canario hizo mucho daño bajo los tableros, provocando acciones de 2+1. Así, el Melilla Baloncesto se fue hasta los 23 puntos de ventaja (45-22), a 4’43”. De los extremeños muy poco que destacar, salvándose de la quema, quizás, JC Fuller, el único que estuvo a un mejor nivel. Este periodo llegó a su término con un tiro libre convertido por Jorge Sanz (50-28).
El paso por los vestuarios no cambió demasiado la decoración, con la salvedad de que fue Kevin Van Wijk el que tomó la responsabilidad de cara al aro, con 11 puntos anotados, nueve como consecuencia de tres triples. En las filas verdinegras, sólo Marcius intentaba mantener a flote a los suyos. La renta de los melillenses fue aumentando hasta alcanzar una máxima de partido de 28 puntos (68-40). Rakocevic, a poco más de un minuto de la conclusión, culminó una jugada de contraataque para hacer subir al luminoso los dos últimos puntos de estos terceros diez minutos (68-42).
El comienzo del último cuarto no fue nada satisfactorio para los intereses de los de Alejandro Alcoba, que se vio obligado a solicitar dos tiempos muertos en apenas cinco minutos, dado que pasaron de gozar de una importante renta de 27 puntos (72-45) a una más preocupante de 16 (72-56), después de un parcial de 0-11. Héctor Manzano, con dos tiros libres, acabó con la racha negativa.
Lo cierto es que, quizás, por relajación o por cansancio de los locales, o porque los cacereños despertaron de su largo letargo con una defensa más presionante y seleccionando mejor sus tiros en ataque, el partido se niveló algo más en este periodo, rebajando los visitantes paulatinamente la desventaja, incluso por debajo de los diez puntos, aunque eso sucedió en los últimos segundos, por lo que la victoria no peligró para el decano. Aún así, el parcial de 11-30 encajado por los locales es para preocuparse. Al final, con un lanzamiento de 6’75 convertido justo sobre la bocina de Rakocevic, el choque concluyó con el resultado de 79-72.
