Llegados a este punto, en el que el doble fondo ha sido la vía de entrada para cerca de 600 inmigrantes a Melilla en lo que va de año (la mitad de las que lleva la valla), una buena pregunta para quienes tienen la responsabilidad y el poder de adoptar medidas sería por qué no se hace lo mismo que se hizo con los saltos al perímetro fronterizo y las entradas de coches kamikaze para tratar de atajar las entradas por esa vía, que tan peligrosa es para la integridad de los inmigrantes MELILLA HOY avanzaba ayer los datos que este año está arrojando el método del doble fondo, que aunque ha existido desde hace años, es actualmente el único efectivo para los inmigrantes que quieren llegar a Europa de forma irregular. Y eso es así porque entrar por la valla o en patera es una misión prácticamente imposible, debido a las fuertes medidas de seguridad en cuanto a vigilancia para prevenir esas entradas, y también las que se llevan a cabo cuando se producen los intentos y los accesos irregulares. Es el caso, por ejemplo, de los rechazos en frontera, que frenaron en seco los constantes saltos a la valla que se daban hasta entonces, o la aplicación del Acuerdo de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992, con el que se cortaron de raíz los peligrosos intentos de entrada de vehículos kamikaze por los pasos fronterizos.
Estas medidas han provocado el sonoro rechazo de quienes defienden la inmigración irregular aunque ésta vaya aparejada con el incumplimiento de las normas y el peligro para los propios inmigrantes y los efectivos que custodian las fronteras, pero la Justicia, recordemos, ha dado la razón en su aplicación con el archivo de todos los casos que han terminado en los juzgados.
Llegados a este punto, en el que el doble fondo ha sido la vía de entrada para cerca de 600 inmigrantes a Melilla en lo que va de año (la mitad de las que lleva la valla), una buena pregunta sería por qué no se hace lo mismo que se hizo con los saltos al perímetro fronterizo y las entradas de coches kamikaze para tratar de atajar las entradas por esa vía, que tan peligrosa es para la integridad de los inmigrantes. La pregunta, claro está, debe ir dirigida a quienes tienen en sus manos la responsabilidad y el poder de adoptar medidas, es decir, el Gobierno central y el Parlamento, que deberían ser conscientes de la dimensión que está adquiriendo este problema y su trasfondo.
La cuestión es muy importante, no ya por el hecho de evitar que haya tantas personas que entran de forma irregular, sino porque en realidad, hoy en día entran a Melilla sólo los inmigrantes que tienen dinero para pagar el elevado precio del doble fondo, que oscila entre los 3.000 y los 4.000 euros. Dejar el problema como está, con su tendencia en aumento, nos lleva a conclusiones en las que sólo ganan las mafias, pues éstas perpetúan su negocio al ser el doble fondo la única garantía de entrada a Europa y siguen sumando víctimas, a las que después someten a explotación para cobrar el precio en el caso de que no hayan podido pagarlo, especialmente mujeres.
Además, no hay que olvidar otra cuestión evidente, y es que con cifras tan elevadas como las que está cosechando el doble fondo, sin que al parecer haya un límite, cada vez hay más probabilidades de que pueda haber trágicas consecuencias para alguno de los inmigrantes que son escondidos en huecos imposibles con un enorme riesgo. El milagro es que aún no haya ocurrido nada grave, teniendo en cuenta que algunos de ellos han sido abandonados sin escrúpulos por los traficantes dentro de los dobles fondos. Es necesario mover ficha porque mirando a otro lado sólo ganan las mafias.
