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Sanidad en Melilla

Observaciones al director territorial del Ingesa

melillahoy.cibeles.net fotos 1764 Marcos Rober

El otro día nos despertamos los melillenses con la noticia nada agradable de que el número de partos marroquíes atendidos en el hospital comarcal de la ciudad superaba al de españoles. Si hace unos diez años la cifra estaba igualada en torno al cincuenta por ciento para cada colectivo ahora resulta que ha aumentado el número hasta llegar el de marroquíes al sesenta por ciento, siendo la progresión ascendente en esta última década y todo indica que, si nada cambia, también lo será en la venidera. Es una simple cuestión demográfica. El crecimiento poblacional en los alrededores de Melilla es algo palpable, parte de él debido a la inmigración de otras zonas de Marruecos, atraída por el comercio irregular de mercancías en la cochambrosa frontera melillense. No hay más que ver cómo han crecido algunos poblamientos en las faldas del Gurugú para darse cuenta del problema. Barrio Chino es una auténtica favela, muestra de la podredumbre de un sistema que acabará con la ciudad, pues sencillamente hará insostenible su misma existencia.

Pero vayamos al asunto mollar de esta cuestión, y no es otro que la explicación o más bien diría yo, justificación, que hizo en rueda de prensa el director territorial del Ingesa en Melilla, Francisco Robles, en torno a estos datos. Hay tres cuestiones que me llamaron poderosamente la atención y son en el fondo tres justificaciones inaceptables para los melillenses. Así, afirma el director territorial que “la ley obliga a atender a una embarazada, sea extranjera o no”, en el sistema nacional de salud. En efecto, pero a lo que ninguna ley obliga es a aceptar el paso de marroquíes por la frontera, en particular las embarazadas, aunque no es el único colectivo. En otras palabras, el Gobierno de España podría restringir el acceso a la ciudad de ciertos colectivos si quisiera, a pesar de la excepción aceptada en su día al aprobar España el acuerdo Schengen, en el año 1991 en torno a las ciudades de Melilla y Ceuta. Es muy sencillo, el gobierno español, soberano en Melilla, decide quien entra y quien no. Creo que es fácilmente comprensible.

Afirma el director territorial que “hasta que no mejore la sanidad al otro lado de la frontera, Melilla seguirá recibiendo a pacientes marroquíes”. Esto suena a justificación también inaceptable. Soslaya el elemento esencial del problema y es el paso libre hacia Melilla de cualquier marroquí empadronado en la provincia vecina que quiera hacer uso de la sanidad pública española. El problema no es si la sanidad es buena o mala al otro lado de la frontera. Lo que lleva a miles de marroquíes a Melilla es la posibilidad de cruzar la frontera libremente sin visado. Ello les permite acceder gratuitamente al médico. Puesto que el gobierno español no quiere restringir el paso de marroquíes por la frontera, sin dar una explicación razonable al respecto, bastaría con cobrar a estos pacientes unas tasas para controlar, regular e incluso reducir la utilización de la sanidad española por parte de estos extranjeros.

Vayamos con la última cuestión. Afirma el director territorial que “las medidas para paliar este aumento de pacientes tendrían que tomarse al otro lado de la frontera”. Esto es inasumible y demuestra la impotencia de la administración española para solucionar un problema que es suyo, el acceso de extranjeros al sistema nacional de salud. ¿Cómo que la solución está al otro lado de la frontera? La solución la tiene el gobierno de España y consiste en restringir el acceso de marroquíes a Melilla a través de los pasos fronterizos habilitados, en otras palabras, entrar en el espacio Schengen y exigir el visado a cualquier marroquí que entre en la ciudad como en el resto del país. De lo contrario, lo que se está haciendo es pervertir el sistema en uno de los mayores actos de corrupción conocidos en Melilla. Y si no, dígame un solo argumento moral, uno solo, por el cual se le puede pedir a un melillense que pague impuestos para dar sanidad gratis a los marroquíes que entren en la ciudad. Es inaceptable.

Lo de ser humanitario queda muy bien ante la opinión pública, es cómo la estúpida polémica de aquellos médicos que dijeron que atenderían a todos los pacientes extranjeros ilegales cuando el gobierno central quiso cobrarles unas tasas. Eso sí, aquellos médicos progres dijeron que atenderían a esos pacientes con los recursos públicos, los que sufragamos todos los españoles con nuestros impuestos. Así cualquiera es solidario, con los recursos de los demás, claro. Le sugiero que cuando dé una rueda de prensa venga con toda la tarea hecha. Traiga las cuentas señor Robles, las cuentas de lo que nos cuesta a los españoles pagar sanidad gratis a los marroquíes y se lo dice a los melillenses mirándoles a la cara. El resto es palabrería barata y excusas improcedentes de un alto cargo público como el que usted ocupa.

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