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BALONCESTO - LEB ORO

Análisis del Melilla Baloncesto-Força Lleida

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«La confección del plantel que dirige Borja Comenge viene prediseñado desde la coherencia y el sentido común, dentro de las limitaciones económicas por las que pasa el club catalán. Jugadores contrastados en esta categoría como Feliú, Alzamora, Papa Abdoulaye, Gerard Sevillano y Sutina. Todo esto compaginado con la juventud de Martí, Rubín De Celis y Sanz. Si a esta mezcla le incorporas al ex ACB de Fuenlabrada Leonardo Demetrio y al escolta norteamericano Garret, que está siendo la sensación de esta temporada, hacen que en Lleida estén viviendo un momento dulce y prometedor». Lleida está siendo, hasta el momento, la revelación de la presente temporada, pero no por la confección de su plantilla, dado que aunque no es un conjunto para estar abajo tampoco está hecho para ocupar la segunda plaza en la clasificación. Y no sólo está siendo la sorpresa por compartir liderato con el Breogán, sino por las sensaciones que hasta ahora está dando, sobre todo como equipo. Aún con la pérdida del base Luka Rupnik (ACB), que estaba promediando 15 puntos y 7 asistencias por partido, siguen dando imagen de no depender de ningún jugador, naciendo su fuerza desde la unión como equipo.
Únicamente han perdido dos partidos, uno en la cancha de Pumarín (Oviedo) y otro la semana pasada en Lleida con el recién descendido Guipúzcoa, por un apretado 71-73 y con una canasta sobre la bocina de Ricardo Uriz.
La confección del plantel que dirige Borja Comenge viene prediseñado desde la coherencia y el sentido común, dentro de las limitaciones económicas por las que pasa el club catalán. Jugadores contrastados en esta categoría como Feliú, Alzamora, Papa Abdoulaye, Gerard Sevillano y Sutina. Todo esto compaginado con la juventud de Martí, Rubín De Celis y Sanz. Si a esta mezcla le incorporas al ex ACB de Fuenlabrada Leonardo Demetrio y al escolta norteamericano Garret, que está siendo la sensación de esta temporada, hacen que en Lleida estén viviendo un momento dulce y prometedor. Los ilerdenses han hecho un grupo equilibrado, pese a las limitaciones económicas que les persiguen durante años.
Sin duda, con la marcha del base Luka Rupnik han perdido estabilidad y regularidad en su juego, pero siguen en una línea de optimismo ante alguna incorporación pendiente por llegar. Sus números están ahí y son la segunda mejor defensa del campeonato hasta el momento.
Antes de hablar de cómo es el juego del equipo catalán y de los detalles defensivos y ofensivos, tienen al típico 3 alto que tácticamente le da mucha riqueza como es Miquel Feliú. Además, los pívots Alzamora y Abdoulaye pueden jugar de espaldas al aro, el ala-pívot Leonardo Demetrio genera esos espacios que necesitan los grandes y tienen a Garret, el ‘killer’ que todo equipo desea: anota, asiste y penetra. El resto de la plantilla son jugadores que dan el salto de calidad en las rotaciones.
Y ahora sí, adentrándonos en los detalles del Forca Lleida y en el aspecto defensivo, debemos decir que están a un nivel muy alto, y por defender también lo hacen desde el banquillo, que celebran cada acción en pista trasera como gol conseguido. Da gusto ver a un banquillo exhausto con sus compañeros de pista cuando tienen éxitos en detalles defensivos. En el 5×5, cuando el balón llega a la ‘pintura’, los 4 jugadores restantes están pendientes del balón y crean dudas haciendo dobles trabajos, pendiente de su jugador y por si hay que hacer alguna ayuda, larga o corta. También en el 5×5 defensivo tienden a ser agresivos en la línea y de ahí sus cerca de 8 balones robados por partido. Y un tercer aspecto defensivo es la defensa del bloqueo directo, manteniendo aquí también un gran nivel pudiendo retrasar el ataque con jugadores como Alzamora, Demetrio y Abdoulaye, jugadores grandes pero versátiles. Curioso ver en este tipo de defensa, en la del bloqueo directo, como hacen la primera ayuda desde el perímetro de un lado y leer los ajustes correspondientes.
Dejando a un lado el plano defensivo, vamos a ver las diferentes opciones que tienen para anotar en ataque. En las situaciones de 2×2 con bloqueo directo tienen a Sevillano, Sutina y, sobre todo, al nortemericano Garrett para jugar a un alto nivel y leer las múltiples variantes que origina el pick and roll. Las continuaciones de este movimiento están perfectamente garantizadas con Abdoulaye cerca de canasta y con Leonardo Demetrio en el pick and pop. Todas las situaciones de 2×2 están perfectamente trabajadas y sincronizadas, señal de un equipo que juega de memoria sabiendo leer al mejor jugador con mejor posición para anotar. Cuando juegan con sus jugadores interiores, sobre todo con Abdoulaye, el resto de jugadores están en constante movimiento de cortes. Aunque no hablemos de Alzamora y Demetrio, y de su juego cerca de aro, son jugadores que saben cuáles son sus limitaciones en ese puesto y se convierten, cerca de aro, en excelentes pasadores y lectores del juego. También utilizan el tradicional movimiento de grandes arriba y exteriores abiertos para castigar a la defensa con sus mejores armas, tanto por dentro como por fuera, Abdoulaye dentro y por fuera preparados para sacar el brazo como Demetrio, Garret, Feliú, Sevillano y Sutina. Un abanico de posibilidades para anotar.
Aunque no hemos hablado de las situaciones en transición, defensa ataque, tienen material de sobra para jugar rápido, iniciándolo desde un trabajo duro desde la defensa del rebote. Todos y cada uno de sus jugadores tienen la capacidad de jugar de pista a pista con alegría. Si algo no les va bien, tiran de la riqueza táctica de la que poseen y pueden jugar con Feliú en situaciones cerca de aro jugando de alero alto y leyendo las diferentes ventajas desde el poste bajo. Otro detalle táctico que tienen preparado son las situaciones de banda, iniciándola desde cremallera y continuándolas por el mismo lado para terminar en situaciones de 2×2 con bloqueos directos.
Son tan imprevisibles en sus acciones ofensivas que también manejan el detalle del aclarado, volcando a un lado todo el juego, utilizándolo de distracción y aclarar el espacio opuesto.
Así es el equipo catalán, y así veremos en el Pabellón Javier Imbroda al conjunto que dirige Borja Comenge. El decano tiene la obligación de ganar para no descolgarse de los de arriba y, sobre todo, para tocar poco a poco la confianza, y ser el equipo que tiene que ser. Ya no valen ni lesiones ni pretemporada, vale ganar, y para eso, el equipo de Alcoba debe dar el famoso paso adelante. Sanz debe ser mejor que el año pasado y dar más calidad a los minutos que deje Pedro Rivero; Marcos Suka necesita estar bien físicamente para ofrecer su mejor versión; Pablo y Eloy deben explotar más el baloncesto que llevan dentro. En la ‘pintura’ tengo que decir que el equipo no juega tanto como debería con los jugadores interiores, y recuerdo que el año pasado pasó lo mismo. Y así cuando en el play off contra Huesca le dimos protagonismo a Sonseca no tuvimos rival. Creo que Oliver Arteaga no recibe los balones que debería y cuando los recibe no está técnicamente bien situado, ya que lo hace muy cerca de la línea de fondo y sólo tiene una salida hacia aro, la otra salida se anula porque pisaría la línea de fondo. El grande debe recibir obligatoriamente en el poste medio para no ser previsible de espalda al aro. Gatell necesita dar más que defensa y pundonor, y Héctor Manzano y Kevin Van Wijk necesitan ser más regulares.

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